Lo ocurrido en la semana que finaliza en torno a los cargos y distribución de poder en el Concejo Deliberante debe ser motivo de análisis por parte de quienes entienden que la democracia y sus formas, sus reglas escritas y aquellas implícitas, fruto del consenso político, están para ser respetadas y no violentadas.
Lo acontecido es el fruto maligno de la connivencia de fuerzas democráticas con grupos que, apañados en las formas de la democracia, entienden la acción directa como el recurso legítimo a ser usado en cada ocasión. Hay que decir, en descargo de los derrotados -la UCR local-, que enfrentar un grupo cuya naturaleza es la acción directa, no la acción en democracia conforme a formas y ritos, es una tarea cuando menos de improbable éxito, sobre todo si al frente de los desplazadosmarcha un grupo sin orgullo liderado por un auténtico pachorra (Nicolás Maiorano) que cree que la praxis política concluye a las tres de la tarde como si se tratara de un empleado municipal.
La cronología de los acontecimientos está expresada en nuestro artículo central de esta semana, que también implica nuestro primer trabajo multimedia –por creer a rajatabla en que una imagen vale más que mil palabras-. Todos los sucesos fueron claramente orquestados por AM, haciendo valer su impudicia y el manejo de medios en la ciudad. Lo ocurrido debe llevar a reflexiones sobre qué ocurre en nuestra sociedad para que tremendo evento pase cuasi desapercibido por la población en general. Que tremendo estruendo no llegue al conjunto social, que actúa como si fuere sordo, ciego y mudo.
No menos gravoso es lo que ocurre con la salud en la ciudad. El EMHSA, nosocomio de alta efectividad comunitaria, se vio obligado a cerrar, prisionero de tensiones entre actores del negocio de la salud -no en la salud-, y hoy sus trabajadores y profesionales lamen sus heridas en soledad sin que nadie se interese seriamente por ellos. La respuesta del Estado al vaciamiento del EMHSA es dar un subsidio de dos mil pesos por mes y bolsas de comida, es decir, la dignidad del trabajo reducida al trato que se les dispensaba a los trabajadores de La Forestal en el Chaco del siglo XIX.
La disputa entablada en torno del EMHSA exhibe a Luis Barrionuevo y al titular del PAMI local, Fernando Alí, en una pulseada por la propiedad del establecimiento que, debe señalarse, fue construido por ADOS (actual propietario) con fondos públicos. PAMI no está en condiciones de administrar per se un efector de salud de estas características, y Barrionuevo no tiene cara al presentarse como “salvador” de esta situación,a la que él mismo contribuyó. ¿Cómo se explica, sino, que el último administrador del EMHSA, Pablo De Francesco, esté en Gastronómicos manejando servicios médicos prestados por profesionales que brindaban esos mismos servicios en el sanatorio hoy abandonado? Demasiada coincidencia, y demasiada indiferencia, demasiada impudicia ante la suerte de la gente, esos que son contribuyentes, votantes, ciudadanos abandonados a su suerte.