Concluyó 2013, y nada indica que 2014 será diferente, salvo un giro del destino que no está en boca de nadie predecir.
La cifra de muertos a tiros en Mar del Plata es espeluznante. Un informe de Crónica de la costa revela que el año que se fue se cobró la vida de 74 personas en el marco de peleas y/o ajustes, violencia de género, robos y causas que se desconocen; seis de esos crímenes fueron cometidos por policías, 3 por menores de edad y sólo 1 por una mujer.
Es también un dato de la realidad que, atendiendo a la estadística y tal como señala en alta voz el abogado Martín Ferrá, el fiscal general Fabián Fernández Garello ha fracasado y debería renunciar. ¿Por qué? Porque nunca tuvo idea, o un plan de gestión en la materia, y sólo atina a pedir más y más recursos sin dar una línea de trabajo acorde a la gigantesca desgracia que enfrenta la ciudad en materia de inseguridad.
De la gestión se rescatan individuos en particular. No hago la cita para no ponerlos en la odiosa mira de Garello, que hace de perseguir y acosar funcionalmente una constante. Los datos recogidos por Crónica de la costa -medio administrado por un amigo del poder, Néstor Otero, y regenteado por Florencio Aldrey Iglesias- revelan claramente la ineficiencia en el accionar de la Fiscalía General. Señala el reporte periodístico: “De los 74 crímenes, en sólo 34 casos hay detenidos; es decir que 40 causas por homicidio no cuentan con imputados, y en muchos casos, ni siquiera hay sospechosos”. Para entender se debe decir que hay 40 fiscales con todo su personal. Antes de la reforma, Mar del Plata tenía 3 fiscales y un fiscal general. El nivel de eficiencia claramente era muy superior.
Tal como suele señalar la señora Mirtha Legrand, “el público se renueva”, por ello voy a refrescar quién es Fabián Uriel Fernández Garello. “Egresado de la escuela Juan Vucetich en 1976, época del general Camps, ascendió hasta el grado de subcomisario. Desde 1991 acompañó a Eduardo Pettigiani, al principio como director de Administración de la Secretaría de Seguridad y luego como su asesor en la Convención Constituyente. Interventor de la delegación regional del IOMA (Instituto de Obra Médico Asistencial Mar del Plata); también fue primer concejal de la lista del Partido Justicialista donde Pettigiani era candidato a intendente. Ingresó como concejal hasta 1998, cargo que abandonó para ingresar a la justicia provincial. En primera instancia fue nombrado juez de garantías, y a los 6 meses fue designado fiscal general del Departamento Judicial Mar del Plata. Es el jefe de todos los fiscales, dirige todas las investigaciones con elevado presupuesto y prácticamente nula eficiencia, como lo revela la inseguridad reinante en Mar del Plata”. Esta es la caracterización que de él hacía Tribuna de Periodistas en 2005. Nada parece haber cambiado en cuanto a la afirmación final, y no es capricho ni desagrado periodístico por su personalidad soberbia y vanidosa. Es la realidad que describen las estadísticas, triste, lamentable y trágicamente.