Un cierto aire a algo nuevo

tap1001

Ocurrió en la inauguración formal de la planta fabril de Havanna en el Parque Industrial de Mar del Plata. Estaban presentes el presidente de la Nación Mauricio Macri, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires María Eugenia Vidal, y el intendente Carlos Fernando Arroyo. Jornada a pleno sol, un día excepcional para poner en marcha un logro que habilita los pronósticos y deseos de bienaventuranza que prodigaron tanto el Presidente como la Gobernadora.

Esta vez, algo fue distinto: Florencio Aldrey Iglesias no estaba al lado de los gobernantes, no participó del recorrido por la nueva fábrica, pese a que solicitó explícitamente hacerlo, y tristemente se quedó a un costado de la valla que separaba el paso de la comitiva. Pero el zorro sólo pierde el pelo: intentó “robar” una foto que lo mostrara dándole la mano al Presidente. La imagen fue capturada, claro que sí, por Marcelo Pasetti con su celular. Fue el corolario de una jornada amarga para quien por 25 años ha presumido de poner y sacar intendentes y tener comiendo de su mano a los empresarios de la ciudad.

Uno de sus empleados había intentado, ante el protocolo de Presidencia, incluirlo al ex señor de Lugo en la comitiva oficial. Pero esta vez, como jamás antes, a tal solicitud se respondió con una pregunta incómoda: “¿quién es el señor?”. Explicado que fue, la respuesta definitiva fue un “no, no corresponde”.

Los tristes y torpes que en plan de mucamía le han rendido pleitesía ni se acercaron a saludarlo. La soledad de quien se creyó y actuó como dueño de la ciudad fue de un frío que contrastaba con el clima y ambiente del momento. Ya nada será igual.

Así y todo, no es lo único que cambia. Resiste en el cargo pero tiene fecha de vencimiento Fabián Uriel Fernández Garello, confeso agente de inteligencia de Ramón Genaro Camps, quien será imputado por delitos de lesa humanidad anteriores a su asunción al actual cargo. No hay necesidad de un proceso de desvinculación de su puesto. Citado a indagatoria, lo van a suspender, de ahí en más enfrentará un juicio que le ocupará los próximos años de su vida.

Hay en la situación de Garello algo que llama la atención: el silencio cómplice de quienes por estos años hicieron su agosto político y económico, como Marcelo Madina, José Luis Zerillo, César Sivo, Daniel Adler, la Asociación Judicial Bonaerense. Todos calladitos la boca. Sin embargo, hay un silencio que hiere la razón y el sentimiento: el de la diputada nacional Fernanda Raverta. Tal como se conoce, Raverta es hija del montonero hoy empresario de seguridad Mario Montoto e hija del corazón de otra mudita, Adela Segarra. Hiere porque su madre biológica, la militante montonera María Inés Raverta fue asesinada en Lima, Perú, en el contexto de la operación “Cóndor” en 1980, misma época en que Garello era agente de inteligencia de la DIPBA. Raverta, esta semana, se mostró preocupada por la discontinuidad de los feriados largos, por lo visto, un tema central en su vida.