Todo está dado para que la corporación deliberativa siga adelante con la operación “Acoso y derribo” de Vilma Bargiola, con la excusa del video obtenido con cámara oculta en el que se supone que Baragiola pide coima a la dirigencia de Camioneros.
Si bien todavía no se conoce el dictamen fiscal en la IPP que surge a partir de la denuncia de Daniel Núñez, presidente del comité local de la UCR, queda establecido que no hay delito alguno, de lo que se desprende que el comunicado de AM de que Baragiola “debe explicar por qué fue a pedir plata”, o las expresiones de la pretendida comisión investigadora, son piezas de un armado político para ensuciar, dividir y reinar, y no para aclarar.
El posicionamiento político del intendente va a caballo del debilitamiento de Baragiola, quien aparecía, luego del impactante triunfo en la contienda electoral pasada, como una figura excluyente; a tal grado, que la agencia de publicidad que manejó su imagen, saturó Mar del Plata con el “Ahora Vilma”. Empresarios de diversos grupos, humillados por GAP en estos años, ya se relamían viendo el final de una intendencia que no precisamente ha consolidado un espacio de realización económica para los actores locales.
Hoy, todo está en duda, y Vilma, más, tanto personal como políticamente hablando. Su salud no es la mejor, y la advertencia de su médico personal es clara: debe cuidarse en aspectos claves como su alimentación y el nivel de estrés al que está sometida. Su decisión de seguir adelante ocupando la Presidencia del Concejo Deliberante no parece la más adecuada en el sentido señalado.
En tanto, Pulti ha blanqueado su intención de ir por un tercer mandato. Hace unos días oficializó esta intención en un acto en el que la “Armada Brancaleone” de funcionarios se presentó bajo el cartel de Construcción Popular para la Victoria, nuevo cartabón que aglutina a nombres como los de Daniel Pérez, AlejandraUrdampilleta, Luis Reales, Marcela Luca, Mario Puche, José LuisZerillo, César Ventimiglia, Marcelo Greco, Gustavo Casciotti, Daniel Barragán, Juan Castro y Juan Rey. Ese grupo representa unos $700 mil en salarios públicos por mes, lo cual es razón suficiente para dibujarles la enorme sonrisa que exhiben todos ellos.
La desazón campea en los sectores económicos y políticos ante la incertidumbre que provoca esta situación. La sola posibilidad de que Pulti acceda a la pelea política desde una contienda previa en las PASO dentro del FPV, crea interrogantes. Pulti ve encuestas que lo muestran con 16 puntos de intención de voto; a Carlos Cheppi, con 8 puntos de intención de voto, lo envalentonan.
La política ya está que arde y se nota en todos los ámbitos. Hasta el momento de escribir estas líneas, sigue en un limbo la constitución del directorio del Consorcio Portuario. Todo va por el enfrentamiento entre el ministro de la Producción, Cristian Breitenstein, y el jefe de gabinete, Alberto Pérez, por el formato que debe tener el órgano, concluido el tiempo de la intervención. El motivo es que en tanto Breistentein busca integrar un directorio de carácter eminentemente técnico, Pérez busca -escuchando a sus referentes locales liderados por Rodolfo Iriart- un directorio “político”, que dé espacio a un manejo más fluido desde el objetivo de ganar para la “ola naranja” el manejo del puerto de Mar del Plata.
La disputa es tan importante y está en un punto tan crucial, que luego de los anuncios referidos a la designación de Oscar Fortunato (CEPA) y Mariano Retrivi (Asociación de Pesca Costera) para el Consejo Federal Pesquero y el frente común con Uruguay, los decretos aún no han sido firmados.
A Fortunato no le agradó cuando le hablé de “alianza político/empresarial”. Su respuesta fue “por favor, ese término no me agrada”, aunque no encuentro otra manera de señalarlo. La política todo lo tiñe, y la disputa de la política torna todo fuertemente salvaje. Lo que provoca un cierto ir y venir.