Estamos en el día del veredicto previo a octubre. Un día intenso que no es sólo un día más. Las redes arden: allí, no hay veda que valga. Por la calle hace días que no recibo otra pregunta: “¿y? ¿quién gana?” Mi respuesta: ¿quién gana que en qué ámbito? ¿local, provincial, o nacional? Esta elección es entre la decepción y el espanto”. En el momento en que se publiquen estas líneas estaremos votando por una de esas dos opciones, y comenzaremos a definir qué camino elegimos.
Doy una pista: el viernes, ya vigente la veda electoral, conversé en la 99.9 con dos mujeres: Costanza Addiechi, restauradora de monumentos y estatuas en Mar del Plata, y Agostina Pellizari, surfista, hermana de Ornella, flamante ganadora de una medalla de bronce en los panamericanos de Lima.
A ambas entrevistas llegué por la interacción de los oyentes, los vecinos de la ciudad que, ante expresiones volcadas al aire, se motivaron a comentar y exponer temas que podrían parecer nimios y que son esenciales para entender la vida ciudadana.
Llevamos décadas de abandono. Pareciera que el abandono es la marca en el orillo registrada de la argentinidad. Addiechi revela que no es tan así. A los 17 años estudiaba y hacia experimentos de química. Su cargo es casi el fruto de su propia impronta. El toque de la nota fue el buzón de correos que está a la puerta misma de la municipalidad. La imagen que expone el antes y después del toque Addiechi dice mucho de qué pasa en la sociedad.
A Costanza muchos vecinos le reclamaban que hiciera su magia con ese buzón tan visible y tan invisible al mismo tiempo. Un vecino, Walter Andrés Ruppel, desde su cuenta de twitter, martilló y martilló el tema pidiendo la reparación del buzón de marras, lo cual es hoy una realidad.
Esa insistencia llevo a Costanza a descubrir una red nacional cuyo interés es poner en valor los históricos buzones del correo, hoy una antigüedad de otra era lejana.
En el caso de Agostina, todo inició con una mención mía al maravilloso damero de logros de la nadadora argentina Delina Pignatello, de quien expresé: “estos logros sólo reflejan un segundo del enorme sacrificio que implica cualquier práctica deportiva, y en particular las individuales”. El comentario disparó una respuesta, en este caso de Luciano Grimaldi quien llamó mi atención sobre la surfistas Pellizzari, las primeras surfistas mujeres de Mar del Plata, quizá las primeras del país, y ejemplo para las jóvenes que año a año inician la práctica de esta actividad en estas frías aguas del Atlántico Sud.
Agostina expuso una queja, una crítica, un reclamo que ya venía de larga data, porque como guardavidas ella y su hermana, siendo ambas campeonas nacionales con un medallero impresionante en su haber, se les descuentan los días que viajan a competir y sus reclamos no fueron escuchados. En estas horas, un decreto del Intendente repara esa situación que implica un parche: hay que cambiar la legislación, que es el tema de fondo.
El otro tema es el empoderamiento. Dijo Agostina: “esta semana hubo elogios y distinciones a un deportista marplatense hombre, lo cual tiene bien merecido. Ornella va por el décimo título, y no hay ni una mención”. Luego señaló: “no somos feministas locas, sólo pedimos el reconocimiento que vale lo logrado”. Y sí, estamos en un cambio de época. No nos merecemos el espanto.