La campaña electoral está en su momento más intenso. Arroyo redobla esfuerzos exponiendo por todo lo alto los aspectos positivos de su gestión en un intento de remontar la increíble cuesta que implica la boutade de la PASO para Agrupación Atlántica.
Recorridas por las obras a lo largo y ancho de la ciudad revelan hasta qué punto una gestión que ordeno la hacienda pública, invirtió en infraestructura de salud dando jerarquía y dignidad a los dispensarios, y que paga a los proveedores en tiempo y forma, está a un tris de irse con un caudal de votos paupérrimo.
La pulseada local es cada día más entre Fernanda Montoto Raverta y Guillermo Montenegro. Los terceros en juego ante la presión híper competitiva de la elección del 27 de octubre pueden quedar literalmente pulverizados en la urna.
Montoto Raverta apuesta a pegar su figura a Axel Kicillof, el cual sigue luciendo imbatible en la lid por la gobernación provincial. Un dato las reuniones que se dan en Mar del Plata en ese contexto: ninguna se lleva adelante en el Hotel Provincial o en el Hermitage. La reunión con el ex ministro de economía o su candidata a vice, la intendenta de La Matanza Verónica Magario, se convocaron en el Torreón del Monje y en un restó de Varese respectivamente. Dato.
En materia de despliegue de campaña, el ex intendente GAP pega carteles por doquier y manda a grupos de jóvenes a hacer flashmobs en las esquinas exhibiendo una gigantesca tijera para incitar al corte de boleta, en una puja que se da superponiendo el favor del votante en el mismo perfil de voto que la candidata del Frente de Todos.
Luce muy solo Guillermo Montenegro. La campaña de Juntos por el Cambio es la campaña de Mauricio Macri. Vidal no está presente. Esa parte de la ecuación crea interrogantes validos en el análisis del momento electoral. Obvio es que los resultados de la PASO son para tener en cuenta: si los votos obtenidos son el techo de Montoto Raverta, y su búsqueda de ampliar el caudal pasa por tomar los votos que obtuvo Pulti, no queda claro aún cómo planea hacerlo. Montenegro tiene para sí la suma del voto de la PASO.
Es ilusorio creer que los votantes de Vilma irán hacia otro destino en la urna que no sea la boleta de Juntos por el Cambio. Están en juego los votos que busca retener Santiago Bonifatti en la boleta de Roberto Lavagna. El hecho es que buena parte de esos votos están de salida hacia las opciones que polarizan en el plano nacional.
Como cuestión adicional hay que citar que el debate es paupérrimo y revelador. No sólo en cada ocasión Hernán Tillous les tapó la boca a los contendientes de otras opciones, sino que quedó claro que, lejos de la pirotecnia verbal, la gestión tiene más para alabar que para criticar.