Con la urna clavada en la frente, los actores políticos se mueven al compás de la desesperación por ganar espacio y reconocimiento ante el vecino de a pie, es decir el votante. Sólo así se comprende la mascarada vivida en el Concejo Deliberante bajo la excusa de hacer comparecer a la secretaria de Educación comunal Ana Crovetto: se pretendía alcanzar a través de dicho comparendo al intendente, y mantener la falsa acusación contra el Ejecutivo de haber utilizado la policía para amedrentar a las autoridades de la Escuela Municipal 205.
Un comunicado en las horas previas de los delegados del Sindicato de Trabajadores (concurrentes, en rigor) Municipales aseveraba que repudian la utilización de la policía por parte del intendente en la sorpresiva concurrencia a dicho establecimiento; es curiosa para muchos la evidente conexidad entre los dirigentes del STM y el SUTEBA en un mismo propósito de crítica virulenta y sostenimiento de la mentira.
Pero el tema puede sorprender sólo a quienes se quedan en la superficie: ambas organizaciones actúan en el plano político bajo una unidad de comando que integra un conocido trinomio destituyente que no soporta la decisión de las urnas, salvo que sea favor de su propia conveniencia política. Por detrás de todo este esquema están, sin duda alguna, el ex intendente sometido a proceso penal Gustavo Arnaldo Pulti, la diputada provincial Fernanda Montoto Raverta, y el escriba Marcelo Pasetti -que una y otra vez le ha asegurado al amo oriundo de Galicia que Arroyo no llega a su segundo año de gobierno-.
Pero lo peor de todo no son los trinomios destituyentes, cuyos nombres pueden variar a cada momento -aunque con elenco cuasi estable-. No puede menos que ser citado como patético el comportamiento de los ediles de la UCR, que están en cada ocasión usando los temas de la oposición como si fueran propios. Mediocres, diría Mario Roberto Russak; ni saben qué lugar ocupan en la partitura del poder.
Ana Crovetto está re cumplida en su cargo: debe dejar el mismo y darle al intendente la oportunidad de generar con una nueva designación aire político. No porque el año electoral lo requiera: debe dejar el cargo por el bien de la gestión, a la que ya le hace daño insoslayable.
Hoy, Vilma Baragiola está en el top de la preferencia del votante, aunque esta realidad sea irritante para el exintendente Daniel Víctor Katz Jora, quien presume ante partiquinos de un poder que ya no goza y anuncia acciones que no puede ejecutar. General sin tropa vive de la gloria del pasado, y se arrulla con el sonido de su propia fantasía. Creer y acordar acciones por temor al anciano aldeano de Lugo es antiguo, penoso y un camino hacia la nada misma, está a la vista.