1) Germán Stirnemann
(actor de reparto en escena)
Funcionario de carrera. Estaba tranquilo en los pliegues del empleo público privilegiado hasta que saltó a la primera plana por hacer política con un dictamen técnico guiado por el loberense Costanzo. Agitación innecesaria sin destino real.
2) María Eugenia Vidal
(hay un rostro real detrás de la fachada)
En un tiempo sabremos quién es ella en realidad. Interrogantes que nadie quiere poner en foco. En su gabinete no hay una sola mujer. A Donald Trump por no incluir féminas en su staff lo llaman misógino. ¿Por aquí las sororas en silencio?
3) Gabriela Magnoler
(final imprevisto)
Por debajo, el caldero siempre ardió. El universo de intereses que rodean el negocio del turismo y la nocturnidad estaban antes de su llegada al cargo. El potro se puso tenso porque hay detrás de escena más jinetas y mas riendas que las que se ven en publico. ¿Inesperado? No, quizá tardío.
4) Sergio Goransky
(¿y si bajamos un cambio?)
Su rush irreflexivo contra Mar Azul —básicamente, el no querer competencia— lo está llevando al precipicio. Ya cobró victimas (Magnoler). Debería reflexionar. Y sus socios en silencio, dejar de parecer ajenos.
5) Carlos Fernando Arroyo
(hasta el final)
Fue certero y contundente: “la intendencia queda en Yrigoyen 1627 NO en el Hotel Provincial”. Si no alcanza para comprender qué está en juego, no hay nada que ilustre mejor.
6) Claudio Cambareri
(sentido común)
La venta delivery de nafta súper altamente inflamable queda en la mira por la promoción que se hacía de la misma. Un operativo sencillo y discreto terminó con tremenda locura. Alto punto.
7) Guillermo Montenegro
(seguidísimo, no da votos)
Abluciones a Vidal, cuestionamiento sistemático al intendente con más saña que cualquier opositor. Lejos que de votos. Molesta a tributarios y a extraños por igual. Ser marplatense no es lo mismo que querer parecer.
8) Leticia González
(el punto en la I)
No se anduvo con vueltas ante las críticas de la curul kukisima Marina Santoro. Le desarrajó: “No sabe nada de la gente en situación de calle, sólo habla porque es moda”. Por respuesta, el silencio.
9) Hectór Díaz
(Chobi/¿Bicho?)
Bajó el perfil por orden obispal, pero trasiega el espacio político armando bardo casi a diario. Se hace llamar padre y le gusta el apodo de “Chobi”. Flor de bicho, flor de bicho.
10) Herme Juárez
(anticipa lo que viene)
Mega millonario, su fortuna podría supera los tres mil millones de dólares. ¿Parece mucho? Podría haber más. Su caso es el inicio de una operación de largo plazo que busca terminar con las mafias. Habrá novedades.