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Llegó al pináculo: fue designado como jefe departamental. Olvidó lo obvio: manejar la violencia profesionalmente y, lo aún más obvio, que hay un celular registrando todo, todo el tiempo, en cada metro cuadrado que existe hoy en el mundo contemporáneo. El problema no es que le retorcía los pezones al ladrón colombiano, el problema es que lo grabaron, y lo expusieron.

No estaba tan lejos, en Iquique, Chile, quizá gozando de los dineros que se apropió y que pertenecían a sus seguidores en Mar del Plata. Avisó por Youtube: “la plata no la tengo (la que le dieron confiando en él) pero la voy a devolver”. Ahora a él lo devuelven, pero a Mar del Plata, para que rinda cuentas en sede penal.

Muchacho bravo, auto percibido como un number one. Se va a enfrentar a un jury por su conducta disvaliosa para con colaboradores y profesionales que trabajan o procuran en su tribunal de familia. Todo llega.

Ahí, quietito, esperando que vuelva la fiesta. ¿Fiesta? Sí, la que lo hizo millonario usando y quedándose con fondos púbicos. Absoluta impunidad y, por si fuera poco, da consejos.

Es quien denunció y terminó con la impunidad de Javier Moreno Iglesias, el Duke, quien por detrás de la pantalla de su rol de líder LGBT, abusó de distintas personas. Un coraje singular.

Todo pasado fue mejor. La curul PJ dijo: “este presupuesto (el del área de cultura) es aún menor que el que tenía Arroyo”. Y, un día lo van a reconocer, cuando lejos en el tiempo las necesidades de la política del día den lugar a la verdad.

Con un presupuesto que revela que la cultura no es una prioridad para la gestión, la exposición del escritor Balmaceda en el Concejo Deliberante no dejó una buena impresión entre los ediles. Hay sordos ruidos en el área que brotarán públicamente en poco tiempo.

Se quitó la vida. ¿Coraje, o inmensa cobardía? El suicidio siempre conmueve y trae polémica, en medio del dolor. Los que le conocieron como empelado del Auditórium, actor, y director, lo lloran sentidamente.

Atacada por dos pitbull, puede contarla. Una crónica más de un tema que no cede y parece estar muy fuera de control en Mar del Plata. Hay que hacer algo más que controlar si los canes están infectados o no por el virus de la rabia.

Remisero, laburante, buen tipo, gente de familia. Baleado, tras una larga lucha por su vida en el HIGA, falleció en la mañana del día de ayer. El 19 de enero posteaba en su Facebook: “fuiste de esos niños que deseaban comer o tomar algo que no podías comprar, infancia que a muchos nos tocó vivir”. Agregaba “sirve hoy para valorar lo mucho o poco que puedas tener”. Que en paz descanse.