1) Marcelo Peretta
(una voz de sentido común)
Reúne la condición de profesional del campo de las ciencias médicas, y gremialista. Se lanzó a exclamar, junto a otros profesionales del sector, que hay otras opciones para enfrentar una situación como la que se desató globalmente con el Coronavirus. Una voz para escuchar.
2) Sergio Berni
(¿dónde está Facundo?)
Se calzó el mono amarillo para sitiar Villa Azul. A lo cowboy, se calzó un fusil ametralladora en un procedimiento en el que no debía estar armado. Se llevó a los gritos a funcionarios federales en un acceso en Capital Federal. Lo aguardan en el sur de la provincia con un interrogante: ¿dónde está Facundo?
3) Idelmar Seillant
(alta curva de corrupción)
Lleva en su nombre la gesta de los auditores de IOMA para terminar con la corrupción en el instituto médico de la provincia. No le preocupa tanto la curva del Coronavirus como la curva de la corrupción, que crece con cada gobierno.
4) José Luis Gallo
(“el articulador”)
Abogado, heredero de la plaza que dejó, por mejor vivir, José del Cerro. En la lectura de los fiscales que investigan a “La Liga”, algo más que un letrado, y parte sustantiva de las maniobras ilegales perpetradas en el Colegio de Martilleros de Mar del Plata.
5) Pablo Moyano
(dueño y señor)
Tal como le indicó el presidente de la nación, sigue la zaga del padre: matón, mafioso, apretador y siempre por encima de la ley. Temido por jueces, y fiscales. Goza de tremenda impunidad.
6) Daniel Vila
(gremialista en la encrucijada)
Homónimo del socio de José Luis Manzano, lidera el gremio de carga y descarga y le pone el pecho a la mafia más impudenda de la Argentina: los camioneros de Moyano. Bien por él, asoma ahí un liderazgo generacional que mucho hace falta.
7) Alex Saab
(una figura clave)
Como Edith, la mujer de Lot, quedó estratificado en la Isla de Sal en Cabo Verde. Destino inminente: EEUU. Cuando empiece a hablar —y va a hablar— caen impunidades bolivarianas y de las otras más cercanas. Será de ver.
8) Adolfo Salminci
(tremendo turro)
Un tipo de avería, mala agente, aprovechándose de personas mayores a las que despojaba de sus bienes escasos impúdicamente. Nada es eterno. Penosamente, goza de detención domiciliaria. Tanta crueldad no la amerita.
9) Mario Castelao
(partícipe imprescindible)
Martillero procesado como actor imprescindible y necesario en las maniobras de apoderamiento ilegal de bienes en el salón de remates del Colegio de Martilleros de la ciudad. No debería estar solo.
10) Roberto Atilio Falcone
(arbitrario denunciado)
Un clásico de N&P. Denunciado por el abogado Martin Ferrá, queda expuesto una vez más. De la escuela zaffaronista, la arbitrariedad de su proceder, es un clásico de mala fariña.