1) Julio Neveleff
(está nerviosho)
Hay un principio en la vida que jamás debe olvidarse: “tené cuidado con los que pisas cuando subís, te los podés encontrar al bajar”. Su historia en la política no es de lo más feliz. Autoproclamado integrante de la movida cultural de la ciudad, quedó muy expuesto. El clamor por su remoción se escucha hasta en las bibliotecas de barrio.
2) Alejandro Rabinovich
(la inquieta mano izquierda)
Es parte de un dúo que actúa a cara y contracara. Montenegro no habla y no se expone en temas de la interna, o con actores del escenario político. Esas tareas las lleva adelante “el ruso”. Cuando inició la gestión, expresó: “Acá, el intendente es Guillermo. Él va a tener que determinar quiénes van a ser sus secretarios, y asesores”. ¿Se entiende?
3) Florencio Aldrey Iglesias
(sólo hace daño)
El brigantino transita los 93 años en la era del coronavirus y se mantiene en condiciones físicas notables. Eso sí, no pierde ni el pelo ni las mañas. Defrauda a las familias que pagaron para darles un baile de egresados a sus hijos anunciando fechas para marzo… o cuando fuere, sin derecho a queja. Se reapropió del contrato de Playa Las Toscas a su favor. Tremendo y vil con esta comunidad.
4) Ariel Ciano
(triste, solitario, y final)
Se soñó (deliró) intendente de la ciudad. Apañado por un corifeo de adulones torpes que repetía “y, con ese apellido” como si ser el hijo de un acosador sexual fuera un mérito de valor. El tiempo todo lo ubica. Va de salida del apaño del estado. En poco tiempo habrá otro homeless en la ciudad.
5) Verónica Lagos
(censura inversa)
Es un caso de censura inversa: doña Verónica no acepta ser entrevistada en la 99.9. Sólo suelta su espiche en los medios que juzga adecuadamente kuka. Si alguna vez hubiera pedido pista para expresarse, y se le hubiese negado, estaría haciendo más ruido que la influencer tucumana en la puerta de Bruto.
6) Nancy Todoroff
(más alto y más claro, por favor)
La hija de Mercedes no da el tono. Ni habla, ni conmueve con su apatía. Dejó a los gastronómicos más solos que Tom Hanks en Náufrago. Una pena. Eso sí: debería practicar paddle como su pope sindical, “el Luis”, que anuncia a los cuatro vientos desgracias mayores por el desastre que es la economía del país.
7) Alejandro Carrancio
(inseguridad en primera persona)
El concejal venía en su vehículo rumbo a su hogar ubicado al sur de la ciudad, en el ejido tradicional, y fue abordado por criminales que circulaban en moto. A punta de revolver querían que se detenga y entregue el vehículo. Tremenda historia de la que salió bien librado. El destino siempre juega su partida.
8) Sebastián Puglisi
(el otro rehén)
Anunció que las clases comenzarán en General Pueyrredon si previamente se vacuna a los docentes municipales. Prisionero de haber entregado la conducción de la secretaría al STM, Puglisi le hace de vocero a Hayek.
9) Santiago Sanz
(el valor de persistir)
Vecino del barrio El Martillo. Persistió y logró, acompañado por sus vecinos, que se coloque una cámara de seguridad en un área clave que permita contribuir a controlar el delito desbordado que padece toda la ciudad. Chapeau por él.
10) Gustavo Bruno
(reclamando)
Arquitecto, vecino del barrio Las Dalias, montó una saga que busca salvar un conjunto de eucaliptus en Parque Camet. Habría que ver si la defensa vale el esfuerzo. La poda y quita está autorizada por los funcionarios del área, ya que el eucalipto es un árbol peligroso. En Camet se llevó la vida de un turista italiano por la caída de un gajo. Hay cuestiones de la razón que no siempre entiende el corazón.