1) Juan Manuel Cheppi
(alta responsabilidad)
Viene sumando los porotos de a uno, y ahora juega de «primus interpares» en un contexto complejo: está en una ratio política que está de salida. En el fervor de «hacer política» cree que en unos años le llegará la hora a los de su generación, ya que la nueva camada de adherentes al PJ —los nacidos en los años de Néstor y Cristina— necesitarán dirigentes que estén a la altura de los desafíos de la «generación Z».
2) Christian Echeverría
(otra vez, dando la nota)
Tipo curioso: mientras presume de sabérselas todas, y va contra lo establecido en Casinos de la provincia, impulsa prácticas piqueteras que le quitan lustre a sus propios planteos. El dar la nota denunciando los negociados de la dirigencia casinera con conducción kirchnerista se opaca ante su acción innecesaria frente a las puertas del Casino Central.
3) Diego Sánchez Cabezudo
(hay límites)
Áspero, siempre polémico y al borde de la violencia. Iba de ciclista de fin de semana y terminó enredado en una pelea con policías provinciales por un «quítame las manos de encima». Años de ir de guapo, y un día te acomodan.
4) Gustavo Pujato
(propuesta sensata)
Ordenar el tránsito de los vehículos eléctricos —en particular, los monopatines, hoy prohibidos en París— es de sentido común. Sin embargo, hace falta que el ordenamiento no implique nuevas gabelas para el ciudadano de a pie.
5) José Santos
(investigación de avanzada)
Médico internista e investigador marplatense que dio en la diana en materia de tratamiento por Covid-19. El impacto de su investigación en el mundo científico alcanza nivel internacional.
6) Silvia Berardo
(«Silencio» es su segundo nombre)
Ex decana de Derecho, es considerada por toda la UCR universitaria de extrema confianza, como persona de absoluta lealtad y verticalidad —bastante peroncho el criterio—. Calla ante el compromiso bajo la mesa existente con los okupas de El Marquesado. Silencio, en política, no es salud.
7) José Schulman
(billetera mata oprobio)
El ex presidente de la Liga Argentina por los Derechos Humanos —orga de superficie del PC argentino— fue de bruto contra una empleada de una empresa de transportes en la terminal de Mar Chiquita. Puso nos billetes verdes, y se cerró la causa penal. No será galán, pero la billetera —en dólares— mató todo posible castigo penal que pudiera corresponder.
8) Carlos Rucauff
(hombre con pasado)
Un caradura histórico. Fugado del gobierno de Isabel entre risas de mal gusto, vicepresidente de Ménem gracias al único «mérito» de ser aún más bajo de estatura que el riojano, fugado de la gobernación de Buenos Aires, ahora la va de «Mileísta» —seguidor de Milei—. Todo es posible en Peronia.
9) Alfredo Lazzeretti
(acuerdos sobre la mesa)
Sin repudio oficial, el rector de la UNMdP hace acuerdos sobre la mesa con los okupas de El Marquesado pidiendo hoja de ruta y garantías de que habrá respeto si hay orden de desalojo, y haciendo mientras tanto la vista gorda ante los hechos en curso. Típico del universo «pesepio».
10) Victoria Donda
(según sea)
Vicky —que no es tonta— va para donde la lleve el viento. Acusaba a Bullrich por los controles de documentos durante el gobierno de Macri, pero ahora justifica el mismo tipo de inspecciones para los pasajeros de colectivos del AMBA. Hipocresía es su segundo nombre, Ventajera es su segundo apellido.