1) Gustavo Arnaldo Pulti
(Llegó la hora)
Por más que disimule, por más que mantenga un rictus de ofendido, está en la recta final al juicio oral, inicio de lo que debiera ser su paso por la horca caudina del sistema penal si es que los planetas se alínean y cada cosa cae en su lugar. Nada hay de sagrado en sus conductas públicas. Sólo soberbia y desprecio por el bien común.
2) Guillermo Arroyo
(¿Pacto de silencio?)
Le apuntan a él por el silencio de los integrantes de Cambiemos en el Concejo Deliberante ante el procesamiento del ex intendente GAP/Perogrullo/Cospelito. Suena a mucho para guitarrero de tan corta uña.
3) Daniel Núñez
(¿Yo señor? ¡No, señor!)
Crítico de la política social respecto de la gente en situación de calle. Se defiende (trillado argumento) con que le tergiversaron sus dichos. Estos periodistas viciosos y crueles, siempre cambiado el objeto y sentido de las palabras.
4) Martín Merlini
(Un escenario diferente)
Un escenario distinto para el manejo del puerto de la ciudad. Si le sale, si logra ordenar a los actores protagónicos y secundarios -y no será tarea fácil-, puede escribir una página diferente. Veremos.
5) Leticia González
(Problema entre señoras)
Silenciosa y cauta en los años de la intendencia de Perogrullo, se sumó a la algarada contra los actuales actores de las áreas cultural y educativa comunal. Reivindicó las políticas de Pulti, señalando que las había creado Aprile. A veces, nada es tan distinto ni diferente.
6) Gustavo Sánchez
(Mete leña)
Secretario general del SUTEBA, mete leña y se suma a la chirinada en contra de las actuales autoridades en educación. Nada hay de inocente; los educandos, una excusa para acumular poder.
7) Maximiliano Abad
(Cambiando el escenario)
Impulsa un cambio que termine con el poder de la línea radical liderada por Ricardo Alfonsín, que ha apostado siempre al partido pequeño, uno que le sirve sólo a unas pocas familias para vivir espléndidamente de la renta pública. Desafío grande, ¿dará la talla?
8) Daniel Adler
(Un caradura)
Integrante de Justicia Legítima, armador de causas falsas. No parece temer a nada, sólo al exilio del presupuesto oficial. Dispuesto a todo con tal de vivir a costa del erario público.
9) Jorge De la Canale
(Admite lo obvio)
Era obvio: hace años que su mente no está en condiciones de entender la realidad. ¿Puede ser abogado y defender a alguien que es débil mental acreditado para no tener que declarar en el juicio a la CNU? Claro que no. ¿Hasta cuándo le permitirán portar matrícula leguleya?
10) Mariana Bueres
(Certifica)
Perito psicóloga del cuerpo forense nacional. Su definición: “el doctor De la Canale tiene labilidad psíquica, que lo torna vulnerable al medio ambiente ante situaciones de vulnerabilidad psíquica y sobrecarga emotiva”. El síndrome Josecito López, que le dicen.