Condena ejemplar

En el día de hoy se conoció una condena del Tribunal en lo Criminal Nº 3 que, por su entidad, merece ser destacada fuertemente.

imageLos jueces Juan Manuel Sueyro, Eduardo Alemano y Jorge Rodríguez condenaron a Lucas Gustavo Bordolli a la pena de 13 años de prisión, a Renzo Tomás Mancini a la pena de 10 años de prisión, y a Gonzalo López a la pena de 9 años de prisión, revocando además el arresto domiciliario de Mancini otorgado en su momento por la justicia de garantías, disponiendo su inmediato traslado a la unidad penal XV de Batán.
Fuera de lo habitual esta sanción punitiva adquiere la relevancia de advertir para el ciudadano de a pie que no hace falta reformar las leyes. Hace falta aplicarlas con claro sentido de vindicta pública.

El crímen

El  29 de Mayo del año 2012, siendo aproximadamente las 11 horas, en la localidad de Santa Clara del Mar, Lucas Gustavo Bordolli, Gustavo Gabriel López y Renzo Tomás Mancini en compañía de un cuarta persona menor de edad, se presentaron en el domicilio habitado por Gildo Luis Filipelli (87 años) y su esposa Rosa Taranto (86 años).
Gonzalo Gabriel López se quedó en la parte exterior de la vivienda oficiando tareas de vigilancia a modo de campana, los restantes tres ingresaron a la finca y luego de amenazar con armas de fuego de puño y golpear y lesionar al matrimonio de ancianos con una de ellas y con otra sustraída a ambos ancianos, les sustrajeron distintos objetos de valor.
Luego de ello se dieron a la fuga a bordo de un Renault Clio propiedad de Mancini, siendo aprehendidos tres de ellos luego de una extensa persecución. La misma permitió recuperar lo robado.
No fue todo: horas después Renzo Tomás Mancini se presentó en la seccional 12 de policía  y efectuó ante los funcionarios públicos policiales allí presentes una denuncia penal cuyo contenido ideológico era falso, acusando de la comisión de hechos delictivos en su perjuicio a personas indeterminadas, ello con el claro fin de recuperar el vehículo propiedad de su padre que había sido previamente secuestrado por personal policial, y el cual esa misma mañana había utilizado el nombrado para la comisión junto a Lucas Gustavo Bordoli, Gonzalo Gabriel López y Marcos Roberto Guiraldes, de los dos anteriores hechos delictivos señalados.
Se debe meritar que en el plenario actuó por la vindicta publica el Fiscal Rodolfo Moure quien había pedido condenas que ajustadas a derecho fueren ejemplares.
Según se señala en la sentencia los Jueces del Tribunal, con voto primario del Juez Sueyro, les aplicaron  a los imputados prácticamente la pena máxima prevista para un delito que ha quedado en grado de tentativa donde se prevé la reducción de las penas.
Las penas aplicadas en esta causa superan el término medio de aquellas previstas para un homicidio.
La sentencia, además de las penas altas aplicadas, pese a que el robo quedó tentado, es la reflexión final del juez Sueyro quien en la sentencia sostuvo que ““La condición de anciano otorga privilegios. Nos enseñaron eso mucho tiempo antes de explicarnos su porqué. Con el tiempo comprendimos  la razón, la compartimos, e inculcamos lo mismo a nuestros  hijos. La gente grande, con la sabiduría adquirida en su largo recorrido por la vida, debe ser valorada y respetada. También se sabe que sus cuerpos y sus mentes ya sufren el cansancio de tantos  años y para ellos ‘ya no hay mínimos esfuerzos  o  sufrimientos’, todo les pesa mucho más”.
“En estos días se ha puesto de moda robar a los ancianos, ingresando a sus casas para llevarse los bienes materiales que adquirieron al cabo de los años y muchas veces, en la exigencia de dinero, los agreden con  una crueldad inusitada. En el común de los casos, habrá para ellos un antes y un después del robo, y en esa  última parte, ya no tendrán ganas de nada. Se los habrá matado en vida, los autores del delito han causado mucho daño”.
No hizo falta reformar el código, no hacer abuso de supuestas teorías socráticas para enmendar en nombre de la sociedad los daños cometidos por estos vándalos impiadosos que por un tiempo no podrán hacer daño a quienes sin merecerlo son presa de estos predadores urbanos.