El estado de los centros de salud de injerencia municipal es desesperante. No sólo en cuanto a lo edilicio, sino también a la falta de insumos médicos y aun de profesionales. El resultado es malo para todos: los pacientes sobreviven a su suerte; los médicos y enfermeras, enferman. Desde su nube de cartón, el intendente sigue prometiendo.
Pobre del vecino que sólo cuente con los centros municipales de salud para evitar morirse. Pobre de él, si por ejemplo, necesita tomarse la presión en un horario que no sea el exactamente correspondiente a la guardia del médico que va, o de la enfermera bienintencionada. Pobre de él. Si no tiene obra social, ni dinero para acercarse al hospital, le conviene contar con ayuda divina, porque si espera que el intendente lo ayude a tener un servicio de salud efectivo y gratuito, puede considerarse muerto.
Lejos de angustiarse por todo aquello que el Estado municipal no puede brindar a la población de los barrios periféricos, es decir el cumplimiento de su legítimo derecho a la salud, el intendente Pulti se entretiene prometiendo unos vientos venturosos que jamás llegan. Así fue por ejemplo, que se entretuvo en el 2012, prometiendo fuertes inversiones en materia de salud que se cumplirían en 2013, de las que aun no ha habido ni una noticia.
Mientras tanto, los ancianos de los barrios siguen soñando con una salita donde les tomen la presión, y no los manden a la farmacia a pagar por el servicio, que es lo que suele suceder.
A principios del año pasado, Pulti destacó la inversión que prometía realizar el municipio durante 2013 en cuanto a Salud y Educación: “Este año, entre todos ustedes, con el aporte de la Nación y la Provincia, vamos a invertir 500 millones de pesos en Educación y Salud, es decir, el 22% del presupuesto”. Y agregó: “el sistema primario de Salud, que tiene 33 Centros de Salud –hemos inaugurado el 10 de febrero el Centro de Salud en el barrio Don Emilio-, hemos ampliado la oferta hace un tiempo, tenemos el CEMA que es un servicio que está para todos ustedes, todos los días del año de una manera cercana para poder atender las situaciones más complejas de la salud”.
Por otro lado, Pulti afirmaba: “este año vamos a poner en marcha, con el Secretario de Salud, Alejandro Ferro, un capítulo más de la política de Salud: vamos a poner en marcha el Programa Nacional de Sanidad Escolar (PROSANE). Desde marzo comenzaremos a evaluar a 10 mil chicos en cuanto a su salud oftalmológica, bucodental y el cumplimiento de los protocolos de vacunación. Esas evaluaciones nos permitirá realizar recomendaciones y compartirlas con los padres, para que juntos trabajemos para tener chicos saludables y que no tengan que faltar a la escuela”. Un verdadero acto de inconsciencia: estaba prometiéndoles a los padres un servicio para el cual no tenía ni el dinero ni los recursos. Jamás lo empezó. Es decir…parole, parole.
Sarasa
Pero como para él no hay límites en cuanto a la capacidad de enunciar cosas que ni han sucedido ni van a suceder jamás, pudo decir oportunamente: “en estos momentos hay 200 profesionales más que el mismo período del año pasado prestando servicios de salud, es decir, más recursos humanos -médicos, enfermeras, administrativos, etc- que la misma fecha del año pasado. El presupuesto de salud es de dos dígitos, asciende al 10,5%. El crecimiento del aporte a la salud es muy importante, comparando el presupuesto de 2013 al anterior de 2012, tenemos un crecimiento del 48 % de aumento en las inversiones en la atención primaria de la salud”, agregó.
Juraba que el aumento del 48% estaba relacionado con los Centros de 24 horas que se crearían durante este año, y con los nuevos servicios que prestaría el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (CEMA), los cuales se seguirían incrementando durante 2013.
No conforme con sus permanentes fabulaciones, en este sentido, Pulti subrayó: “este presupuesto tiene su correlato en la acción en la materia. Desde el primer día hábil del próximo año, en el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias, se comenzará con los tratamientos oncológicos, pondremos en marcha las esquinas saludables, hemos puesto en marcha el corredor saludable, aumentamos los trabajos de prevención en los colegios, e inauguramos el presente año el Centro de Salud “Ameghino” y el Centro de Salud “9 de julio”. Aja, ¿para cuándo? Todos aquellos que tienen que tratarse en el CEMA vociferan acerca de la enorme demora de turnos, de hasta dos o más meses para la consulta de cualquier especialidad. Y lo mejor es no aplicar estos tiempos al tratamiento de un enfermo de cáncer, porque sólo daría para responder con un prolongado silencio. ¿Sabrá el señor intendente qué tiempos maneja un enfermo de cáncer?, ¿cuáles son sus plazos cuando la familia no cuenta con una fortuna para invertir a cuenta? Un día de internación para quimioterapia -por ejemplo- cuesta $2500.
Pero el pez por la boca muere, y basta un rápido paneo por las imágenes de los centros de salud y su estado edilicio para darse cuenta que si planeaba invertir, no lo hizo. O ciertamente ni siquiera lo planeaba. Son imágenes de una batalla perdida, donde los techos se caen, el agua de lluvia se acumula, y las paredes parecen ilustrar un bombardeo. Casi, casi como las escuelas del Estado.
Por eso es que ahora, la Asociación de Profesionales de la Salud del Partido de General Pueyrredon- Cicop- se ha dirigido por nota al Secretario de Salud actual, Alejandro Cristaldi, para expresar su enorme preocupación no sólo por la falta de insumos y recursos humanos, sino fundamentalmente por el silencio que rodea a todas las promesas realizada desde el ejecutivo comunal.
Realmente, algún desprevenido podría haber creído que las cosas iban a mejorar. Bastaría con que concurriera a la municipalidad a averiguar – por ejemplo- dónde hay un centro que atienda las 24 horas, de esos que anuncia el intendente. Pero 24 reales. No de los que -a las dos de la mañana- tienen un policía en la puerta que te dice que te sientes en el banco de madera hasta que lleguen los médicos porque ahora están descansando. Uno de verdad. Uno donde el herido de bala no se desangre esperando.
Reclamo
Dicen los profesionales del CICOP que no saben qué sucedió con los anuncios del 2012 por ejemplo. Y preguntan por la construcción de una Unidad de Pronta Atención que se haría en la zona del puerto con fondos de provincia. ¿Qué pasó, dicen, con la relocalización del Centro de Salud n°2, y con la construcción del nuevo Centro de Salud de Batán que se anunció en 2013 con la presencia de Ferro, que entonces era secretario? Se dijo que las obras se comenzarían durante el 2013 bajo la dirección de los mismos arquitectos que tuvieron a su cargo la construcción del CEMA, y que el predio que se ocuparía disponía de unos 2200 metros cuadrados. Ni noticia.
También preguntaban por la remodelación del Centro de Salud n°2, que se anunció a la prensa durante octubre de 2013, cuando se afirmaba que la Nación realizaría una inversión de 14 millones a tal fin. En cuanto a la sala del Barrio Jorge Newbery, las obras de remodelación en curso debían estar terminadas para enero de este año, sin que hasta el momento se sepa cuál es el plazo de demora prevista, lo cual implica que los vecinos de ese sector deban desplazarse al barrio Coronel Dorrego para su atención médica.
La misma pregunta puede extenderse a los resultados del estudio sobre el nivel de agrotóxicos presentes en los alimentos que consumen los habitantes de la ciudad que los funcionarios también anunciaron con gran bambolla, sin que hasta el momento se haya podido acceder a ningún resultado.
Más aun. Los profesionales piden una respuesta ante la falta de insumos que los preocupa con razón. No tienen medicamentos básicos, gasas, elementos para curaciones. Mencionan la falta de reactivos para detectar mal de Chagas o Hepatitis C.
Hay centros de salud con roturas de aparatos de rayos X o de electrocardiogramas. No tiene vestimenta de médicos, batas o ambos. Les faltan las placas radiográficas y medicamentos para el tratamiento de grandes quemados. Ni hablar de la falta de vacunas, por ejemplo, ahora que el intendente pretende hacer un control exhaustivo del cumplimiento del plan por parte de los padres: pusieron en calendario la vacuna contra la varicela y no la pueden proveer. Tampoco hay posibilidades de mantener el Programa Nacional de Salud Sexual y Reproducción, ya que no hay provisión permanente de anticonceptivos. Si la Nación no los provee, la municipalidad no toma ninguna medida para paliar la carencia. Simplemente no hay.
Podría pensarse que el problema más preocupante es la enorme demora para los turnos de tratamiento y estudios, pero no. Mucho peor es pensar que el edificio de IREMI lleva meses sin gas debido a una pérdida que no se ha arreglado. O que los profesionales que resisten tratando a la gente en estas circunstancias sienten que no pueden más con el estrés, y no tienen a dónde recurrir para tratar de mantener su propia salud. Para “cuidar a los que cuidan “ dicen ellos, que necesitan saber que harán para la evaluación y tratamiento del tan mentado Síndrome de Burnout, que solemos llamar cabeza quemada.
Y la nota parece decir qué van a hacer con esto ustedes, además de hablar. Qué más pueden hacer además de anunciar cosas que jamás cumplirán. Como se hace para que algo de los que aquí se señala deje de ser palabras, y nada más que palabras.
El Centro de salud n° 2 espera desde hace 5 años que se coloquen las rejas que están apoyadas en una pared, hasta que alguien salga de la desidia del incumplimiento. ¿Serán otros cinco años necesarios para la compra de una partida de amoxicilina o de cefalexina? Hasta cuando se podrá gobernar un partido usando solamente palabras, y más palabras.