El tesorero de la Sociedad de Fomento del Barrio Quebradas de Peralta Ramos denunció esta mañana en la 99.9 la situación de conflicto que tienen los vecinos de esa zona con el Barrio Privado Rumencó. “Buscan que con el tiempo nuestras tierras no valgan nada, para después comprarlas por dos pesos”, indicó.
Los vecinos del Barrio Quebradas de Peralta Ramos vivían tranquilos hasta que se instaló junto a ellos el Barrio Privado Rumencó. Pablo Álvarez, tesorero de la Sociedad de Fomento de Quebradas, habló esta mañana en la 99.9 explicando la situación: “Rumencó nos afecta hace tiempo. Tenemos el Arroyo Corrientes, que es alambrado y no permite un normal escurrimiento. Esto hacía que las quintas del barrio quedaran bajo el agua y que hubiese familias con un metro y medio de agua en sus casas. La Justicia obligó a Rumencó a zanjear la zona y parte de la problemática empezó a solucionarse”. Luego abundó: “para ello, debieron pasar dos años de miedo, de una abogada con una impronta dura. Nos hicieron sentir que estábamos equivocados y durante mucho tiempo tuvimos un litigio por un arroyo que estaba cercado”.
A pesar de todos los inconvenientes, los vecinos intentaron hablar con los encargados del barrio cerrado para encontrar una solución: “tuvimos un acercamiento porque desde que está Rumencó empezaron a haber delitos y robos que surgían desde dentro de Rumencó. Quisimos trabajar en conjunto, poner luces en el borde del alambrado para controlar el delito que tienen adentro”, destacó Álvarez. Este pedido trajo consecuencias nefastas: “pidieron referencias mías a Asuntos de la Comunidad, a la Municipalidad, para ver si estaba apto para recibir las luces. Al año, cuando me encontré al intendente de Rumencó, le pregunté qué pasaba con las luces que habíamos hablado; me contestó que no hacían alumbrado público. Ellos se creen que nos vinieron a salvar la vida, nos ningunean. Pero en realidad, vinieron a estropearla vida aquí”.
Todas las iniciativas de los vecinos de Quebradas para que crezca el barrio, se encuentran con alguna traba por parte de Rumencó: “estamos trabajando para que ingrese un colectivo al barrio, pero un día nos levantamos y en Cerrito al 5.500, única calle de ingreso al barrio, habían volcado 50 metros de tierra colorada. De ahí la juntaban con camiones más pequeños y la ponían dentro de Rumencó”.
Por si no alcanzara con todo esto, el Tesorero hizo otra grave denuncia: “nos pusieron un alambre de electrocución y cada vez que una paloma o una comadreja pasa por ahí, se quedan pegadas y nos quedamos sin luz. Es tal la potencia que tiene el alambre, que a nosotros, con el poco repotenciamiento que tenemos, nos deja sin luz a todos. Esto hace que con el tiempo nuestras tierras no valgan nada, para después comprarlas por dos pesos”.
Mientras todo esto sucede, a la gente la increpan y la amenazan cuando solo piden vivir tranquilos: “muchos vecinos están asustados porque la misma empresa está pidiendo que paguemos un juicio que no ganaron, y nos intimidan diciendo que nos van a hacer vender las casas para pagar lo que nos costó el juicio”.