Manifestantes intentaron irrumpir en el Parlamento de Hong Kong para frenar la ley de extradición: “Dispérsense o disparamos”

Una multitudinaria movilización se hace sentir contra el polémico proyecto. Para algunos hongkoneses la normativa podría poner en riesgo la autonomía del archipiélago.

Cientos de miles de personas tomaron las calles de Hong Kong para protestar contra una polémica propuesta de ley de extradición. Las movilizaciones de rechazo lograron este miércoles que la segunda lectura del documento prevista para hoy fuera pospuesta hasta nuevo aviso.

Pese a la fuerte presencia policial, en los alrededores de la sede del Consejo Legislativo permanecen miles de manifestantes. En ese lugar las consignas contra el Gobierno se hace sentir.

Fotos publicadas por el medio local South China Morning Post mostraron a manifestantes con ladrillos que sacaron de las veredas. La misma fuente indicó que la Policía desplegó una bandera con este consejo: “Dispérsense o disparamos”.

Aunque las tensiones no han llevado hasta el momento a enfrentamientos graves, muchos manifestantes se vieron forzados a abandonar la sede del Legislativo por los efectos del gas pimienta.

Los agentes está aún tratando de desalojar la sede y de escoltar a los legisladores que debían llegar al Legislativo para leer por segunda vez la polémica ley.

La propuesta de ley

La ley propuesta permitiría a la Jefatura del Ejecutivo local y a los tribunales de Hong Kong tramitar las solicitudes de extradición sin acuerdos previos y sin supervisión legislativa.

Al respecto, una manifestante, Crystal Lee, explicó a la agencia Efe: “Nuestra empresa trabaja con muchos clientes extranjeros y es muy importante para Hong Kong que se mantenga el principio rector de ‘un país, dos sistemas’”.

El principio permite a la ciudad disfrutar de libertad de expresión, de reunión y de un sistema judicial con garantías en teoría hasta su asimilación por parte de China, prevista para 2047.

“El Estado de Derecho es uno de los principales activos de Hong Kong para convencer a las empresas extranjeras para que inviertan en la ciudad”, añadió.

Otro hongkonés, Patrick L., que trabaja en una aerolínea, uno de los sectores cuyos sindicatos anunciaron esta semana su adhesión a una huelga en protesta por la ley, indicó que aunque la gente quiere unirse a la huelga “teme ser despedida”.

Mientras, una española residente en Hong Kong, Pilar Aguilera Cacho, se mostró convencida de que se trata de “una batalla perdida”, porque “Pekín terminará tomando el control total”. “Pero si se deja de luchar entonces sí que ya no habrá ninguna esperanza”, señaló.

“Desde luego, me parece un golpe enorme a la autonomía de Hong Kong. Me preocupa mucho que Pekín lo usara para amenazar y perseguir a sus opositores aquí”, sentenció.

Otros manifestantes se mostraron más optimistas y, con las manos en alto y sin la intención de moverse del lugar, cantaron consignas como “Nos han subestimado”, “Que se joda la Policía” y “Que se joda China”.

El régimen comunista se comprometió en 1997 -cuando la soberanía de Hong Kong le fue devuelta de manos de Londres- a mantener el sistema dejado por los británicos hasta 2047, aunque la presión de Pekín sobre el archipiélago aumenta progresivamente.

Varias organizaciones de defensa de los derechos humanos, como Amnistía Internacional, expresaron su preocupación ya que la norma “permitiría a los acusados ser entregados a un sistema judicial que no ofrece ningún tipo de protección contra persecuciones de motivo político por parte de las autoridades”.