El conflicto en Siria ya lleva 27 meses. Hasta el momentos, 92.901 personas fallecieron en los enfrentamientos entre el régimen de Bachar el Asad y los rebeldes levantados en armas, según un informe presentado por la Organización de Naciones Unidas que cuenta con datos actualizados hasta finales de abril.
La ONU denunció que muchas de las víctimas son niños; algunos, muertos en combate. Según la Secretaría General de la Organización, el gobierno sirio ha tomado a menores como escudos humanos y los grupos paramilitares progubernamentales y las milicias rebeldes reclutaron niños como soldados.
Desde julio del año pasado, en Siria ya han muerto más de 5.000 personas por mes. La zona más afectada ha sido la región de Damasco, la capital del país, donde se refugian el gobierno y la plana mayor del Ejército. Allí han muerto 17.800 personas. En los bastiones rebeldes de Homs y Alepo hubo 16.400 y 11.900 víctimas fatales, respectivamente. La estimación oficial anterior que tenía en sus manos el Consejo de Derechos Humanos era de 59.648 bajas, aunque recientemente en la Asamblea General se barajó la cifra de 80.000 víctimas.
Entre los 92.901 fallecidos se cuentan tanto combatientes como civiles. Según la organización Human Rights Data Analysis Group, que trabajó procesando la información para la ONU, un 82,6% son varones. “Muchas víctimas no están incluidas en estas bases de datos”, dice el informe, y explica que “individuos aislados a los que matan de forma callada en áreas remotas del país no atraen la atención de los medios”.
“Desafortunadamente, tal y como indica el estudio, estas son cifras de un mínimo de víctimas. El verdadero número de aquellos que han muerto es posiblemente mucho mayor”, detalló un informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navu Pillay, tras revelar los datos. “Las fuerzas gubernamentales están bombardeando y lanzando ataques aéreos contra zonas urbanas, día tras día, y también están utilizando misiles estratégicos y de racimo y bombas termobáricas. Las fuerzas de la oposición también han bombardeado zonas residenciales, aunque con menos potencia”, añadió.
Al menos 6.561 menores de edad murieron en combate, según datos de la ONU. 1.729 tenían menos de diez años. “Hay, además, casos documentados de niños sometidos a torturas y ejecutados y de masacres contra familias enteras, incluidos niños”, explicó Pillay. Y añadió: “junto con este devastador recuento de bajas, ése es un recordatorio de en cuán maligno se ha convertido este conflicto”.
“Según las denuncias recibidas, la vinculación de los niños con el Ejército Libre de Siria suele depender de un pariente que facilita el reclutamiento o de circunstancias en que el niño ha perdido a todos los miembros de su familia”, asegura el informe. “También está relacionada con el hecho de que no existe una autoridad de reclutamiento central en el Ejército Libre de Siria y que muchas fuerzas tienen su base en los clanes o en las aldeas. Como consecuencia, los muchachos de edades comprendidas entre 15 a 17 años en promedio se utilizan tanto para el combate como para funciones de apoyo, como el transporte de los alimentos y el agua y la reposición de balas en los cartuchos”.