El Decano de Medicina de la Universidad Nacional de Mar del Plata habló en la 99.9 acerca de las mediciones que habían hecho en su momento sobre la cantidad de caso que podría haber en la ciudad.
A principios de abril, se dio a conocer una proyección de casos de COVID-19 en Mar del Plata que llegaría a 1.600 para fines de mayo. Hoy, a sólo una quincena del final del mes, la expectativa es mucho más baja.
La cifra la dio a conocer un comité de epidemiólogos y expertos creado por la Escuela Superior de Medicina de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) y a través de la 99.9, el decano de medicina, Adrián Alasino indicó que “son muestreos que se hacen con cálculos matemáticos probabilísticos que tienen una complejidad importante, tomando elementos de varios lugares para hacer una proyección. No es algo certero, puede ser para arriba o para abajo una o dos veces el resultado final”.
Para justificar el resultado final, también refirió lo que habían indicado a nivel país: “para finales de mayo en ese momento, a nivel nacional serían 260.000 casos a fines de mayo y ahora no llegamos a 7 mil. Cuando se empezó a trabajar, todo el mundo hacía lo mismo con la evolución en otros países. Nos sirve para saber que podría haber pasado si no se hacía todo lo que se hizo”, dijo.
Luego hubo un nuevo cálculo que tampoco terminó cerca de lo que se tiene por el momento en la ciudad: “cuatro semanas después proyectamos 50 casos para antes de fin de mayo en Mar del Plata y vamos 8. Son proyecciones que nos permite saber incluso cómo nos fue”.
Esa construcción de proyecciones se hace a partir de cifras en otros países que tienen idiosincracias y culturas distintas, por lo que también lo estableció como un factor importante: “en el primer tiempo, construimos curvas con los datos de otros países que tienen otras culturas. Ahora tenemos números propios y el virus se comporta distinto en Argentina, pero aún así no sabemos que va a pasar en Mar del Plata de acá a Agosto. Ningún país tuvo presencia plena en invierno, por ejemplo”, dijo Alasino.
Lo más importante en este contexto es tener una buena capacidad sanitaria que es el punto más destacado en el análisis de reacción de las ciudades y países: “entre público y privado no llegamos a 100 camas al inicio de todo esto y ahora se supone que la vamos a duplicar porque consiguieron respiradores, no son verdaderas terapias intensivas. Formar un terapista lleva 4 años, no se puede formar en 90 días”, advirtió.