El Tribunal de Apelaciones de París validó la orden de detención de Félicien Kabuga, alias “tesorero del genocidio ruandés”, lanzada por la justicia internacional que investiga los crímenes contra la humanidad en ese país africano en 1994. La defensa apelará la decisión.
El octogenario Félicien Kabuga, quien fuera uno de los hombres más buscados del mundo, alega que su edad y su estado de salud no le permiten ser trasladado a Arusha, en Tanzania, sede del tribunal de la ONU (el MTPI o Mecanismo para los Tribunales Penales Internacionales, la estructura que está cerrando los expedientes del Tribunal Internacional para Ruanda (TPIR)), que lo juzgaría por genocidio y crímenes contra la humanidad.
Esta decisión de la justicia de Francia es una primera etapa en el recorrido Judicial de unos de los presuntos responsables del genocidio de Ruanda en 1994. Sus abogados podrán interponer una demanda ante al Tribunal de Casación, que tendrá dos meses para dar su veredicto, antes de la entrega al MTPI en un plazo de otro mes. Por otro lado, un eventual traslado podría ser aplazado por la crisis sanitaria del coronavirus. La defensa busca por todos los medios impedir el traslado de Félicien Kabuga a Arusha, donde dicen que no podrá tener un juicio justo. También evocan la salud frágil del octogenario que sufriría de “delirios”. Además, en la audiencia del 27 de mayo, los abogados del empresario solicitaron al tribunal que suspenda su decisión para transmitir una cuestión prioritaria de constitucionalidad. Según ellos, la ley francesa viola la Constitución al no prever un control más profundo de las órdenes de detención de la justicia internacional.
Félicien Kabuga, detenido el 16 de mayo en las afueras de París, está acusado de haber creado, con otras personas, las milicias hutu Interahamwe, principales brazos armados del genocidio de 1994 que causó, según la ONU, 800.000 muertos, esencialmente entre la minoría tutsi. Y de haber contribuido con su propia fortuna a conseguir miles de machetes a los milicianos.
Kabuga, que fue también presidente de la Radio Televisión Libre de las Mil Colinas (RTLM), que por sus llamamientos a la masacre de tutsis tuvo un papel determinante en el genocidio, refuta la totalidad de los siete cargos que le imputan.
En la audiencia del 27 de Mayo el llamado “tesorero del genocidio” declaró: “Todo es mentira”. “Yo ayudé a los tutsis en todo lo que hacía, y en mis negocios, les prestaba dinero. No iba a matar a mis clientes”. El acusado compareció en una silla de ruedas con mascarilla, y respondió en idioma quiñaruanda durante dos horas media.
Ante la crisis sanitaria, los abogados piden modificar la orden de detención hacia el Tribunal Internacional de La Haya, lo que fue rechazado por el momento. Uno de los temores de la defensa es que el Mecanismo para los Tribunales Penales Internacionales (MTPI) en Arusha decida trasladarlo a Ruanda para un juicio en ese país, esquivando el rechazo de Francia a entregar al supuesto genocida a la justicia de su país.
En Ruanda, justamente, y según la corresponsal de RFI, el juicio de Félicien Kabuga es muy importante para las víctimas y los familiares que han considerado su arresto como un alivio, y que esperan este juicio desde 26 años. Las autoridades de Kigali han sido por el momento discretas en cuanto al “caso Kabuga”.