Siete hombres de origen marroquí, argelino y egipcio que desaparecieron hace tres meses en un tren en Serbia intentando entrar a la Unión Europea han aparecido muertos en un contenedor en Paraguay, América del Sur, a casi 16.000 kilómetros de distancia.
Con Santi Caneri, corresponsal de RFI en Asunción, y AFP
Las autoridades paraguayas encontraron el viernes en un puerto de Asunción, la capital, los restos sin vida de estas siete personas dentro de un contenedor de barco que transportaba bolsas de fertilizantes.
La fiscalía ha recuperado cuatro documentos de tránsito de origen serbio expedidos a nombre de Ahmed Belmiloudi, Raid Rashir, Hadul Mohammad y Yasa Barabara, pero aún está trabajando en la identificación de los cuerpos, tarea difícil porque ya estaban en avanzado estado de descomposición.
Las autoridades están contactando con representantes diplomáticos de distintos países para confirmar sus identidades.
El contenedor provenía de Serbia donde los siete hombres subieron a él en una estación de tren esperando llegar a Italia, a unos 600 kilómetros de allí, según contó un familiar de Ahmed Belmiloudi que vive en Marsella, Francia.
El contenedor salió de Serbia el 25 de julio pero se dirigió a Croacia. Y tras atravesar en barco el Atlántico, llegó a Buenos Aires, Argentina, desde donde fue remontando unos 1.200 kilómetros río arriba, hasta Paraguay. Donde llegó el 19 de octubre. Tres meses después.
El fiscal Marcelo Saldívar, que dirige la investigación del caso de los restos en descomposición de siete personas hallados en un embarque de fertilizantes, confirmó que un ciudadano de origen árabe lo contactó para aportar información y videos sobre quiénes son los fallecidos.
Un argelino identificado por los diarios locales como Smail Maouchi, residente en Sarajevo (Bosnia y Herzegovina), publicó en su cuenta de Facebook un mensaje en árabe en el que detallaba los planes de los inmigrantes ilegales de llegar a Italia o Bélgica en un contenedor transportado en un tren.
“Se escondieron en el contenedor porque si la Policía les agarra, les tortura”, dijo Maouchi en declaraciones al diario paraguayo ABC tras remarcar que los controles contra inmigrantes son “muy rigurosos” en Serbia.
“Subieron al tren pero nadie supo su destino”, admitió.
“Pensaron que llegarían a Italia”
Maouchi explicó que los migrantes “pensaron que llegarían a Italia pero que el contenedor se dirigió al puerto, se cargó en un barco que iba a Croacia y de allí a Paraguay”, a 16.000 km de distancia, en un viaje de tres meses de duración.
“Ya no pudieron bajar cuando el contenedor se embarcó para Croacia”, precisó.
El buque salió de Serbia el 22 de julio y llegó a Paraguay el 19 de octubre.
El importador de los fertilizantes abrió el cargamento en su sede del barrio Santa María de Asunción (había llegado al puerto de Villeta, 30 km al sur) y por el fétido olor llamó a la Policía, que posteriormente descubrió los restos.
“Nos está llegando la globalización hasta en este tipo de cosas”, comentó el fiscal a periodistas.
El médico forense Pablo Lemir explicó que los cuerpos en general “presentan una importante reducción esquelética que complica determinar las causas de las muertes”, ya que con el vaivén de los contenedores los restos humanos fueron mezclándose con los fertilizantes.
“Ahora el trabajo es armar un rompecabezas literal: limpiar, secar e ir juntando los huesos para determinar sexo, raza, talla, edad”, puntualizó.
Junto a los restos humanos fueron hallados enseres personales, documentos, paquetes de galletas y mochilas, detalles que hacen suponer que las víctimas se preparaban para un viaje corto, de horas.