El Dr. en Ingeniería Civil y Ambiental destacó en la 99.9 que en medio del debate por las nuevas concesiones a las represas hidro eléctricas se debe empezar a planificar que se hará con el agua durante los próximos años: “la cuenca del Río Negro está volcando 900 metros cúbicos por segundo al mar sin utilizarse y hay muchos destinos posibles para el agua”.
La finalización de las concesiones en las represas hidro eléctricas, ha traído un nuevo debate político sobre la necesidad de las provincias de empezar a ser parte de las decisiones que se toman en ese sentido.
El Dr en Ingeniería Civil y Ambiental, Federico Horne, advirtió a través de la 99.9 que en Río Negro hay oportunidades concretas que no están siendo aprovechadas: “dentro de la Universidad del Comahue, hemos tenido reuniones debatiendo estas cuestiones como la concesión de las hidro eléctricas. Debemos tener en claro en que vamos a utilizar el agua. Hay un debate entre los posibles destinos de las concesiones. La provincia está queriendo tener injerencia en las decisiones y Nación, que es la dueña de las hidroeléctricas, está ejerciendo ese poder”.
Más allá de ese punto en particular, lo que destacó es que se necesita definir que harán con el recurso a futuro: “nos parece que es importante planificar que se hará con el agua porque períodos largos de concesión, inhabilitan que se puedan cambiar fácilmente las normas de operación de los embalses. Es decir, la forma que tienen de compatibilizar la oferta hidrológica con la demanda que tiene que ver con contención de crecidas, uso urbano, riego industrial y la electricidad en último término. Nos damos cuenta que la cuenca del Río Negro está volcando 900 metros cúbicos por segundo al mar sin utilizarse y hay muchos destinos posibles para el agua. Por eso es importante planificar el uso del agua y eso es un deber de las provincias”.
Mientras tanto pasa el tiempo y el agua sigue siendo desperdiciada, cuando Horne asegura que hay necesidades muy importantes todavía por cubrir: “si se sigue así en los próximos 30 años, estamos desperdiciando posibilidades potenciales de hacer otros usos del agua. Hay más de un millón de hectáreas aptas para ser regadas en Río Negro, un poco menos en Neuquén y tenemos que ir pensando cuál será el uso del agua”.
Cuando una concesión se brinda a tan largo plazo, las características del trabajo que se debe realizar también se modifica, por eso considera e insiste que la planificación es algo fundamental: “lo que ha ocurrido en los últimos 30 años fueron cambios importantes en el comportamiento de la cuenca y en las características de las lluvias. Hubo sequías importantes, eventos de crecidas también muy importantes que cambiaron el caudal máximo probable que era de 4 mil metros cúbicos y ahora está en 25 mil. Como hemos tenido una crecida de 11 mil metros cúbicos hace unos años, cambió ese parámetro. Junto con la mirada ambiental que tenemos ahora, el aumento de la población y el manejo de los ríos respecto de los volcados de efluentes urbanos, ha llevado a otro análisis de como manejar los embalses y caudales de los ríos”.
En la actualidad, hay una oportunidad desperdiciada y desde su experiencia, considera que se debe prestar atención cuanto antes al problema: “las provincias deberían avocar parte de sus equipos técnicos para saber como usarán el agua a futuro porque somos privilegiados con un río caudaloso que atraviesa una zona muy árida y lo estamos desperdiciando”.