La abogada habló en la 99.9 sobre los múltiples casos donde hay falsas denuncias que terminan con un proceso traumático para el menos e incluso, en algunos otros, la detención de la persona acusada aún sin elementos determinantes.
Los casos de padres que sufren una instancia de separación de sus hijos y hasta de prisión por falsas denuncias de abusos sexuales se repiten todo el tiempo y hay un grupo de personas, peleando por los derechos de aquellos que son tratados injustamente ante la ley.
La abogada Patricia Anzoátegui es una de ellas y habló a través de la 99.9 la crueldad que tienen esos procesos no sólo para quien es denunciado falsamente, sino también para los propios niños que son utilizados como elemento para distintos fines: “los niños pasan por Cámaras Gesell, por revisiones médicas de la zona genital, todo por falsas denuncias. Ahora hay un agravamiento importante porque están deteniendo, la presunción de inocencia no existe y los jueces y fiscales deberían tener un poco de prudencia. Cuando lo quieren detener, quien denuncia dice que su hijo le contó que además hubo penetración y lo detienen. El problema es que lo admiten basado en la perspectiva de género”.
Para la letrada, se están sobrepasando límites que no tendrían porque ser rebasados y en nombre de una falsa justicia: “se ha destruido el principio de igualdad ante la ley y todos los bastiones de la justicia. Todo lo que tratamos de hacer para proteger a los niños porque ponen a la perspectiva de género, a la madre por encima de los niños. Lo mismo que critican los colectivos feministas, lo terminan haciendo ellas. Esto viene de la mano de una política de género extremista”.
Todo el tiempo, se ven procesos donde el simple hecho de llevar a la justicia una denuncia es motivo para que se desate una ofensiva que nunca incluye a la denunciante en ese análisis: “cuando la madre hace una denuncia falsa, no se analiza a la madre. Argentina tiene síntomas de que algo no está bien. La muerte de Lucio Dupuy dejó en evidencia que estaban en custodia dos personas que no estaban capacitadas y no se hizo un análisis destratando al otro progenitor por ser un varón”, ejemplificó.
Para Anzoátegui es central empezar a analizar y sancionar el accionar de la justicia porque hay muchos que, sin tener en cuenta todas las pruebas que se pueden recolectar y con un claro sesgo ideológico, avanzan en detenciones y condenas: “una de las cosas que estamos viendo son jueces que se repiten en conductas, no analizan nada y cuando salen bien los estudios oficiales, toman los privados. Eso es un sesgo y por esas razones los detienen. Luego pasan meses o años hasta que se puede comprobar o no. Tenemos que empezar a trabajar en como se percibe a la justicia”. Eso también se genera por algo muy típico en los últimos años y en distintos ámbitos de la ideología de género: “los efectores judiciales están elegidos para tener un sesgo de género, porque así los forman. Son cursos que están hechos para eso”.