1) Santiago Sosa
(prisionero con celda, detenido sin numero)
La detención de Santiago, fan de Aldosivi —club de escasa raigambre entre la gente, aún en el puerto—, se está convirtiendo en un capítulo nefasto del sistema judicial en la ciudad. La red de jueces penales de la provincia de Buenos Aires cuestiona —y está bien que lo haga— la connivencia de jueces con empresarios, reclama decoro. Debería mirar también estos casos ya sistémicos en Mar del Plata, que meten miedo.
2) Leandro Arévalo
(¿sólo será capricho?)
Fiscal en la causa por hechos de violencia entre facciones de «la barra brava de Aldosivi». Pocas luces para ver el cuadro íntegro: mala inteligencia por parte de la DDI, y un detenido al que le invierten la carga de la prueba. ¿Justicia? Sí. ¿Caprichitos? No.
3) Guillermo Montenegro
(acciones en alza)
Al final dio un excelente resultado el Arena Fest, aunque en un principio se temió que fuera un fracaso luego de la pobre asistencia que hubo en el partido contra Arabia Saudita. Explotó tanto en la final como en el homenaje al Dibu Martínez, poniendo al intendente y a la ciudad en alta ponderación.
4) Axel Kicillof
(peor, no se consigue)
Es inconcebible que este «thermo sapiens» si una sola idea clara sea el gobernador de la provincia de Buenos Aires. Atrapado en sus delirios comunistoides (sic), imagina a la Corte Suprema de Justicia como un apéndice del poder político. Un impresentable.
5) Lionel Scaloni
(todo lo que está bien)
El DT de la Selección es todo lo que está bien. Un argentino de a pie que, en la cima del mundo, actúa como uno más, ya sea en su nativa Pujato o en donde sea que se encuentre. Ejemplo, tanto en sus dichos como en sus actos. Un argentino que representa a la inmensa mayoría de nuestra sociedad.
6) Claudio Fabián Tapia
(el «chiqui» se hizo grande)
Llegó como el «mal menor», ante la intrusión de Marcelo Tinelli queriendo apropiarse de la AFA. Le corren en contra tanto su estética, como sus relaciones familiares. Hoy, estando él en lo alto del podio, la sucesión de Julio Grondona está afirmada y lista para nuevos desafíos.
7) Maxi Abad
(avanza por la gobernación)
Como Patán, el personaje de dibujitos que se ríe cubriéndose la cara, ve la rápida caída del neurocoso Manes como una victoria propia. Avanza planeado el acto de proclamación de su precandidatura a gobernador de la provincia con una alta movida en la ciudad, en el mes de enero.
8) Dante Galván
(en zona de riesgo)
El director de Movilidad Urbana está en el centro del escenario por la presencia ya instalada y descarada de Cabify en Mar del Plata. Elegido como el blanco rentable en la disputa, le incoarán una causa penal en contra por no impedir que esta empresa actúe a su aire en la ciudad. Curioso, porque el control le corresponde a otra área del municipio.
9) Marina Santoro
(¿de Cabify, nada que decir?)
La curul que llegó desde «las periferias» al Concejo Deliberante ha mutado en estos años. ¿Cambio estético? Muy bien. ¿Cambios en el lenguaje? Chappeau. Pero pertenecer, importa privilegios que imponen acuerdos y consensos. Por ejemplo, el consenso implícito de que «nadie se mete con los negocios del gallego», aplica a la situación de Cabify. Ahí sí que ni «pío» ni «mu».
10) Los argentinos
( ¿cómo te lo voy a explicar?)
El triunfo en el Mundial nos elevó al nirvana total. Una selección que exuda lo mejor de la conducta humana, no sólo competente en lo suyo, que es el fútbol, sino que va mucho más allá. La «argentinidad» se hizo planetaria de la mano de Scaloni, Messi y el plantel que armó el DT. Millones dieron testimonio del orgullo de estar envueltos en la celeste y blanca.