Malas lenguas 1318

El animal político de olfato más sensible I. Es el Poder Judicial, en particular el Federal. Todo se alinea al ritmo del cambio de era que se insinúa de cara al 2023. La condena a la ex presidenta abre la temporada de «caza», que ya tiene expresiones concretas: se revocó la sentencia que favorecía, entre otros, a Roberto Porcaro por una causa de ya larguísima data, por negocios espurios en Necochea. La Cámara de Casasión Penal dejó sin efecto los sobreseimientos que habían beneficiado al operador del kirchnerismo Roberto Porcaro, al juez federal de Necochea Bernardo Bibel y al fiscal Juan Manuel Pórtela, entre otros acusados, todos encartados por la manera en que realizaron la investigación por la concesión irregular de un elevador de granos de 60 millones de dólares en el puerto de Quequén. No es menor.

El animal político de olfato más sensible II. La sentencia es particularmente intensa porque expone el rol de Bibel, juez federal, y de Pórtela, fiscal e hijo del ex presidente de la Asociación de Magistrados del fuero federal. Bibel y Pórtela son esenciales en la cadena de impunidad que ha funcionado en estos años para proteger a aquellos que, incursos en delitos de acción continuada en la esfera de los negocios públicos, han gozado de impunidad. El juez Hornos consideró que también debía ser revocado el sobreseimiento de Eric Adler, quien durante la tramitación había designado como perito de parte a Porcaro y es el hermano del fiscal general Adler. Sin embargo, por la decisión conjunta de los jueces Borinsky y Carbajo, su sobreseimiento quedó firme. Habrá más, en breve.

Una lección del cambio de época. Fuimos millones, algo nunca visto, celebrando el triunfo de la Selección en las calles de todo el país. Pero el festejo, fue global: en Estados Unidos, se vio a jóvenes nativos de dicho país cantando nuestro himno nacional en una fiesta; celebridades como Ashton Kutcher, Mila Kunis, o Catherine Zeta Jones proclamando su amor por Messi y la selección y delirando por las redes… y Bangladesh. A los bangladesís los deberíamos declarar ciudadanos honorarios. El mate, el himno, la bandera, una japonesa que llora desconsolada por la derrota ante Arabia Saudita con camiseta, bandera y cachetes coloreados en celeste y blanca. Tanto, que es imposible colocar todo en unas líneas. Emoción celestial.

De cómo hacer enojar a la gente. Es increíble que en el contexto de tanta alegría, haya espacio para la pavada y para provocar enojos innecesarios. El bloque del FdT propuso —en boca del curul y ex periodista Vito Amalfitano— cambiarle el nombre al estadio mundialista de Mar del Plata para que el José María Minella pase a llamarse Emiliano «Dibu» Martínez. La propuesta —que no ha provocado gran debate público— llevó al ex presidente de la Liga Marplatense de Fútbol Jorge Bosco a trenzarse en un duro intercambio con el edil, al que apostrofó duramente por el oportunismo y la falta de respeto que, entiende, significa esa propuesta. El tema se resolvería si el estadio es puesto en valor por la AFA, dándole el nombre del notable arquero marplatense y campeón mundial a la tribuna cubierta del estadio.

Cuestiones pendientes para la agenda 2023. Tres temas que siempre —por décadas— quedan en la lista de pendientes: disposición final de residuos, transporte público, y el ordenamiento de la administración municipal. Son desafíos enormes. La concesión del transporte está prorrogada por un año, lo que es lógico en este desquicio de variables económicas. La disposición final de residuos está judicializada para largo, lo que favorece a mantener el statu quo. También se suma la situación de Cabify, lo que es una vergüenza por el silencio de toda la plétora política. El ordenamiento de la relación con los empleados municipales debería ser una prioridad. Bajísima productividad y bajos estándares profesionales que le hacen muchísimo daño al contribuyente.