Poder o decisiones: las confrontaciones entre el contador municipal Guillermo Costanzo y el ex secretario de Hacienda Hernán Mourelle, y un fallo judicial que ilumina la historia reciente de la ciudad.
La justicia en lo Civil y Comercial, en primera instancia, falló a favor del ex secretario de Hacienda Hernán Mourelle, en el marco de una acción presentada por el contador municipal, Guillermo Costanzo.
Mourelle ocupó la secretaría de Hacienda en el último tramo de la gestión del ex intendente Carlos Arroyo, mientras que Costanzo es —desde hace un largo tiempo— contador municipal, un cargo que, en la provincia de Buenos Aires, tiene estabilidad asegurada por la Ley Orgánica de las Municipalidades. Eso le da fundamentos para sostenerse en ese lugar cualquiera sea el color político de la gestión a cargo del municipio.
Costanzo muchas veces ha dicho ser meramente un funcionario técnico, aunque en los pliegues del poder del palacio municipal se dice que actúa como un avezado político, haciendo gala de su muy oportuno y cuidado «bajo perfil». De buenas vinculaciones con expresiones políticas locales como Acción Marplatense y nacionales como el justicialismo, del contador se comenta que sabe manejarse con la distancia suficiente para ser bien visto desde cualquier espacio y mantener alta consideración entre los que están en «la rosca municipal».
Y tal vez hayan sido sus convicciones, el ego natural de las personas del ámbito político, o el acompañamiento de esa «rosca» lo que lo llevó a este pleito con Mourelle, al que pretendió exponerlo en el estrado judicial denunciándolo por daños y perjuicios por afectación a la dignidad, delito que puede considerarse del ámbito público pero que, en realidad, son más bien propios de la percepción que el individuo tiene para sí y no tanto de otra cosa.
Así todo, la jugada no salió como Costanzo esperaba: la jueza Gabriela de Sábato, a cargo del Juzgado Civil y Comercial N°6 de esta ciudad, le espetó un fallo negativo al hombre oriundo de Lobería, desestimando la demanda y haciéndolo responsable del pago de las costas del proceso más la regulación de honorarios profesionales, una vez quede firme el decisorio.
Verdades de puño
En el expediente judicial se ventilan las posturas de las partes, y cada uno pretende hacer valer, de manera fundamentada, su verdad sobre los hechos.
A finales del 2020, Costanzo presentaba la querella contra Mourelle pidiendo una reparación económica de $ 1.000.000 y la publicidad del resultado de la sentencia en el diario La Capital, Canal 8 y cuanto medio hubiera sido afectado su honor por el demandado, y a cargo de éste.
Denunciaba en su escrito «calumnias y agravios que impactaron negativamente en el honor y prestigio personal y profesional. Hostigamientos y amenazas, ataques mediáticos con aprietes» de parte de Mourelle. Agrega Costanzo en el expediente judicial que el secretario de Hacienda lo ensuciaba públicamente, sembrando sospechas sobre la ejecución de «maniobras relacionadas con el pago indebido de haberes al personalmunicipal, y de formar parte de una supuesta “mafia corporativa”, infiriéndose de ello laposible comisión de diferentes delitos».
Ágil con el verbo, el denunciado expuso lo suyo, impactando de tal manera a la jueza que en el fallo puede leerse que Mourelle se presentó el 17 de agosto de 2021 y que «por imperativo procesal, formula una categórica y pormenorizada negativa a los hechos expuestos en la demanda, así como la documental agregada […] repele de manera absoluta la demanda, por ser la misma infundada e incoherente».
Más adelante, Mourelle dice que tuvo el honor y elagrado de auxiliar al Intendente a sanear las cuentas municipales, con apego a su trabajo y poniendo por delante siempre por los intereses de la comuna marplatense, «…velando porque el destino de los fondos públicos llegase a donde tenían que llegar, a los ciudadanos en obras concretas y no perdiendo el tiempo en discursos banales…»
No debe olvidarse que, durante la función que ocupaba, Mourelle fue agredido por empleados municipales e integrantes del gremio. Y lo menciona cuando destaca que «la escalada de violencia fue muy alta y personal para con su persona, incluso sufriendo agresiones físicas e insultos en plena vía pública».
El ex secretario de Hacienda esboza que, en dicho contexto, —el cual tenía netos tintes políticos— comenzó la acción del contador municipal, practicando la liquidación inconsulta y unilateral del anticipo de haberes por «bonificación especial docente» a algunos empleados municipales que estaban en reclamo de índole judicial. «…Y ¿por qué su accionar fue incorrecto? Porque el funcionario municipal a sabiendas que las medidas cautelares del Juzgado Contencioso Administrativo N° 1 habían sido rechazadas y las medidas del Juzgado Contencioso Administrativo N° 2 estaban con recurso de apelación concedido con “efecto suspensivo”, no sólo liquidó para algunos docentes municipales los haberes o bonificaciones en conflicto del mes de abril de 2019, sino los de marzo de 2019 también. ¿Con cuál autorización? Con ninguna…»
Puede leerse en los fundamentos del fallo de De Sábato que Mourelle «afirma que toda liquidación de haberes que salía de lo habitual era consultada con la Secretaría de Economía y Hacienda que por aquel entonces presidía, en permanente coordinación con el Intendente. En el particular, no sucedió, el Contador decidió liquidar sin consultar, generando así un problema aún mucho mayor al que existía». Y agrega que «esto motivó un claro pedido de Informes de la Secretaría de Economía y Hacienda a la Contaduría Municipal con fecha 09/05/2019, el cual fue respondido por el Contador Municipal con nota de fecha 13/05/2019, respuesta incompleta y que no cumplía con lo requerido en lo más mínimo».
Con todo esto, Mourelle no se quedó quieto: se presentó ante el Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires denunciando y exponiendo «hechos» donde claramente detalló cada una de las acciones desarrolladas por Costanzo, que para él «desnudaban su accionar negligente en su función, en perjuicio de la Comuna».
Razones políticas
Tal como se ha expresado en N&P, en la nota de tapa de la edición del 7 de julio de 2019, Costanzo no solamente es un técnico: tiene un perfil político que desarrolló en la ciudad de Lobería, donde militó para el kirchnerismo llegando a acceder a una banca de concejal.
En Mar del Plata, ocupó un cargo directivo en el Ente Municipal de Vialidad y Alumbrado, cuando el organismo descentralizado era presidido por Santiago Bonifatti en el marco de la gestión del ex intendente Gustavo Pulti, todo esto dentro del esquema organizacional de Acción Marplatense, partido vecinalista que ya coqueteaba con la idea de ser un apéndice del kirchnerismo. De hecho, durante la campaña electoral del 2015 impulsó un acuerdo táctico a nivel local para trabajar a favor de la candidatura presidencialde Daniel Scioli y la de Aníbal Fernández para el cargo de gobernador de la provincia de Buenos Aires, mientras aquí proponían la candidatura local de Pulti adosada a la nacional.
Puesto lo conceptual en una línea de tiempo, puede inferirse que de ese «palo» político provenían las críticas y las acciones que Costanzo desenfundaría más tarde contra Mourelle y, por elevación, contra la gestión de Arroyo, quien inmediatamente después de vencer en las elecciones para intendente en 2015 empezaba a ser objeto del encono del Sindicato de Trabajadores Municipales contra su gestión. Y la prenda de turno iba a ser el pago de las bonificaciones docentes, una prebenda de anteriores administraciones radicales y pultistas.
Ahora la Justicia dice, con pelos y señales, que no hubo ni daños y perjuicios en contra de la integridad personal del contador Costanzo. Que por eso no podrá percibir el $1.000.000 que le reclamó a Mourelle con actualización pertinente de interés ajustados a la inflación. Y que, como contrapartida, y por haber perdido el pleito, será el demandante quien tenga que asumir las costas del proceso y el pago de los honorarios profesionales a los abogados actuantes.
Un revés que deja varias enseñanzas acerca del honor y la política: a pesar de que a veces uno puede afectar al otro, lo que siempre prevalece es la verdad como instrumento para dirimir las diferencias de apreciaciones y valoraciones personales.