Bergoglio haciendo lío. En una semana profusa en declaraciones, el portador del papado, Jorge Bergoglio, le dio una entrevista extensa al diario La Nación en la que se definió frente a lo que se conoce como la «ideología de género». Señaló el fan del club de Boedo: «La ideología de género, en este momento, es de las colonizaciones ideológicas más peligrosas. Va más allá de lo sexual. ¿Por qué es peligrosa? Porque diluye las diferencias, y lo rico de los hombres y de las mujeres y de toda la humanidad es la tensión de las diferencias. Es crecer a través de la tensión de las diferencias. La cuestión del género va diluyendo las diferencias y haciendo un mundo igual, todo romo, todo igual. Y eso va contra la vocación humana».
Dichos que cuestionan. ¿Por qué citar ese párrafo en este espacio? Porque abre el debate que muchos sectores creyentes seculares evitan por miedo a ser señalados, ni hablar de los organizados en instituciones eclesiales. Hay un debate ideológico que dar en torno a las cuestiones tales como los derechos de grupos u organizaciones que han tomado la delantera discursiva y se sienten en condiciones de presionar a quienes piensan de modo diferente, ya sea por cultura o tradición. Bergoglio hace lío y, en este caso, bienvenido sea.
Haciendo chito. Dada la difusión del demérito en el que está cayendo el servicio de salud en general, y del SAME en particular, se ha dado orden a los efectores del mismo de no hablar con los medios y que, si hay consultas, éstas deben pasar por el control y verificación de la Secretaría de Prensa. Ergo, si querés hablar del tema, primero te tiene que controlar y verificar Florencia Pérez Lalli. Qué visión anticuada de los medios y de su relación con la sociedad…
Pedido de nulidad. La defensora oficial Laura Solari ha pedido la nulidad del segundo juicio contra Farías y Offidani, tema tratado extensamente en la columna de esta edición firmada por José Luis Jacobo. Al mismo se sumará, en idéntico tenor, la defensa de Juan Pablo Offidani, requiriendo un nuevo juicio, esta vez por jurados, cuestión a la que ya se negaron para este segundo juicio. Es tan absurdo todo, que le temen a la voz del pueblo. Sin ser demasiado listillo, no habilitar el juicio por jurados habla a las claras de cuál era el objetivo de este segundo juicio en el que, por razones de ambición personal, dos de los tres jueces se apegan al juego del poder kirchnerista.
Ambiciones. A excepción de Gustavo Fissore, Alexis Simaz y Roberto Falcone (h) tienen sobradas razones personales y particulares para fallar condenatoriamente en este controversial caso. Simaz suele sostener: «mi ambición es estar en el TOF Mar del Plata acompañando al lobo hasta que se jubile». Será un tema de tiempo si se le da o no ocupar una de las sillas vacías del TOF. Falcone padre —más conocido como «el lobo»— señaló que él no se jubilará hasta meterlo preso a Macri, apreciación absurda pero sostenida con enjundia militante ante contertulios que asistían entusiasmados. En cuanto a Falcone hijo, papá está moviendo todo el espinel para que sea camarista. Junior es más que obediente de los mandatos paternos y siempre está dispuesto a todo con tal de agraciar al patriarca. De terror.