La policía kosovar recurre a gases lacrimógenos para forzar la toma de posesión del alcalde de Zvecan, de origen albanés, frente a la oposición de la comunidad serbia. EE UU y la UE condenan la actuación del Gobierno de Prístina, al que piden contención.
El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, ha ordenado este viernes al ejército del país que se sitúe en alerta de combate y a sus unidades, a que se desplacen más cerca de la frontera con Kosovo, según ha informado la agencia de noticias Tanjug. Las órdenes de Vucic llegan después de los enfrentamientos entre ciudadanos serbios y la policía kosovar en el municipio de Zvecan (7.300 habitantes), en el norte de Kosovo. Los incidentes se han producido cuando los agentes intentaron ayudar al alcalde de origen albanés recién elegido a acceder al Ayuntamiento. La comunidad serbia, mayoritaria en ese territorio, no reconoce la autoridad del regidor de Zvecan y de otros tres municipios. La actuación de los efectivos policiales ha provocado la condena de Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia, que reclaman al Gobierno de Prístina que dé un paso atrás para rebajar la tensión y restaurar la calma.
Este viernes tenían que tomar posesión de su cargo los alcaldes de esas tres localidades de mayoría serbia: Zvecan, Leposavic y Zubin Potok. Los serbios del norte de Kosovo no reconocen la autoridad de estos regidores, elegidos en unos comicios en los que, debido al boicot de los serbios, la participación fue de apenas el 3%, informa Efe. Los medios locales han informado de que la policía de Kosovo lanzó gases lacrimógenos contra una multitud reunida frente al edificio del Ayuntamiento de Zvecan.
“Condenamos la decisión de Kósovo de forzar el acceso a edificios municipales en el norte pese a nuestro llamamiento a la moderación”, mantienen en un comunicado conjunto Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia y Alemania. “Hacemos un llamamiento a las autoridades kosovares para dar de inmediato un paso atrás, rebajar la tensión y coordinarse con EULEX [la misión de la UE en ese territorio] y la KFOR [la de la OTAN]”. El comunicado también expresa la preocupación de esos cinco gobiernos por la alerta militar decretada por Serbia y llama a todas las partes a “la máxima contención” y a evitar escaladas retóricas, informa Reuters.
El incidente también ha sido condenado “enérgicamente” por la Unión Europea, informa Efe. El portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior, Peter Stano, hizo público un comunicado en el que aseguraba que la UE “no aceptará más acciones unilaterales o de provocación”. “Se debe dar prioridad a la preservación de la paz y la seguridad sobre el terreno”, decía ese texto.
Los disturbios en el norte de Kosovo coinciden con una manifestación que el presidente Vucic y su formación, el conservador Partido Progresista Serbio, habían convocado para este viernes en Belgrado. El objetivo de esa concentración era contrarrestar las dos movilizaciones masivas que se han registrado en la capital (de marcado carácter antigubernamental) después de que el 3 de mayo un adolescente de 13 años matara en un colegio a 13 menores y al vigilante del centro. Dos días después, se produjo un nuevo tiroteo 40 kilómetros al sur de Belgrado, en el que un hombre de 21 años mató a ocho personas. En menos de 15 días se sucedieron en la capital tres protestas contra la violencia que corroe el país. La respuesta del presidente fue convocar para este viernes la que iba a ser “la mayor manifestación en la historia de Serbia”, según pregonaban los medios oficiales.
Miguel Roán, director de la asociación Balcanismos y autor del libro Belgrado Brut, cree que no es casual que se hayan registrado el mismo día los incidentes en el norte de Kosovo. “El Gobierno kosovar ha aprovechado que muchos serbokosovares residentes en el norte viajaron en autobús a Belgrado con intención de asistir a la manifestación. Prístina [capital de Kosovo] tuvo en cuenta que habría poca gente en Zvecan, aprovechó también el momento de distracción del presidente Vucic y eligió este día para que el alcalde albanés tomase el cargo”.
La entrada del alcalde electo en el ayuntamiento vino seguida por disturbios y lanzamiento de gases lacrimógenos de la policía kosovar contra los manifestantes serbokosovares. En ese contexto, se produjo una intervención en directo del ministro serbio de Defensa, Milos Vucevic: “Se ha ordenado un movimiento urgente [de tropas] a la frontera de Kosovo. Está claro que el terror contra la comunidad serbia en Kosovo está sucediendo”, declaró en televisión.
Florian Bieber, profesor de Estudios de Europa sudoriental en la Universidad de Graz, en Austria, indicó mediante conversación telefónica que no espera que la alerta de combate del ejército serbio vaya a degenerar en una situación bélica. “En Kosovo siempre hay una presencia de la OTAN [casi 4.000 soldados desplegados, a través de su misión KFOR]. Este es el clásico movimiento que Vucic suele hacer de vez en cuando: agita el problema con Kosovo para desviar la atención de alguna crisis interna. La última manifestación que hubo en la capital a raíz de la matanza fue la mayor de los últimos 23 años. Vucic se había puesto muy nervioso y ahora aprovechará esta crisis con Kosovo”.
Unos 50.000 serbios que viven en cuatro municipios del norte de Kosovo ―donde son mayoría―, incluido Zvecan, rechazaron participar en las elecciones del 23 de abril en protesta porque sus demandas de más autonomía no se habían cumplido, un nuevo revés para el acuerdo de paz de marzo entre Kosovo y Serbia. La participación electoral, debido a este boicot, fue del 3,47%. Los ciudadanos serbios de Kosovo han manifestado que no trabajarán con los nuevos alcaldes de los cuatro municipios —todos albaneses— porque consideran que no los representan.
El alcalde de Zvecan fue escoltado hasta el ayuntamiento por la policía kosovar. Sin embargo, el embajador de Estados Unidos en Kosovo, Jeff Hovenier, condenó a través de un tuit la acción de las autoridades kosovares “para acceder a los edificios municipales en el norte de Kosovo”. “Las medidas violentas de hoy deben cesar de inmediato”, agregó. Horas después, era el propio secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, quien condenaba la acción del primer ministro kosovar, Albin Kurti, a través de un comunicado. Blinken afirmó que las acciones de Kosovo van en contra de los consejos de Estados Unidos y de la Unión Europea y “han agudizado e intensificado innecesariamente las tensiones”. “Tendrán consecuencias para nuestras relaciones bilaterales con Kosovo”, concluyó.
Florian Bieber considera que el Gobierno kosovar cometió un error al enviar al alcalde albanés al municipio serbokosovar de Zvecan. “No tiene ninguna legitimidad, ni ningún apoyo en ese municipio”. Pero advierte: “La violencia la iniciaron los partidarios de Vucic”.
Los serbios en la región norte de Kosovo no aceptan la declaración de independencia del territorio sellada en 2008, casi una década después del final de la guerra, y todavía consideran a Belgrado como su capital. Los serbios solo son mayoría en la región norte; los albaneses constituyen más del 90% de la población de Kosovo.