Cada semana una ‘influencer’ rusa afronta la furia popular y la daga de la justicia por algún exceso no tolerado. Esta vez, la traición al país ha sucedido por quemar un pasaporte.
Rusia ha abierto una causa penal contra una residente de Moscú de 22 años después de que apareciera un vídeo que la mostraba quemando su pasaporte ruso. La mujer detenida fue identificada por el canal de Telegram Baza como la bloguera Yevgenia Hoffman.
Ocurrió durante las festividades de Año Nuevo, a las puertas de una discoteca en la ciudad de Bryansk, en el oeste de Rusia. Varios testigos se agolparon alrededor y la filmaron quemando su pasaporte y publicaron el vídeo en redes sociales. Los que comentaron las imágenes sugirieron que Hoffman quemó su pasaporte para mostrar su apoyo a las Fuerzas Armadas de Ucrania. La líder de la Liga de Internet Segura, (un influyente grupo que hace campaña a favor de la censura en internet) Yekaterina Mizulina, anunció que presentaría una denuncia ante la policía, que posteriormente arrestó a Hoffman. Finalmente, fue puesta bajo arresto domiciliario por periodo de un mes acusada de profanación del emblema estatal pero también de lesiones por romperle la nariz a una amiga suya días antes.
La ‘influencer’ alegó que estaba ebria cuando quemó el pasaporte y que lo hizo “por diversión”, no para apoyar a Ucrania, y enfatizó que ya había caducado y que ya había recibido uno nuevo. Según su versión, quemó su pasaporte porque “no le gustaba la foto” que figuraba en el documento.
La joven afirma que su ‘performance’ no iba en contra de Putin. Pero la broma del pasaporte ha llegado al principal ‘inquisidor’ del Kremlin, Alexander Bastrykin, que es camarada de Putin desde hace años. El organismo que dirige, el Comité de Investigación, denunció: “Estas acciones son un grave insulto y una burla a los sentimientos cívicos y patrióticos de los ciudadanos de la Federación Rusa”.
La ‘influencer’ ha sido vilipendiada por el sector belicista. Un internauta dijo: “Debería ser despojada de su ciudadanía por esto”. Otros pidieron que se le aplicara un castigo severo por animar a otros a realizar protestas contra la guerra. Otro internauta furibundo alegó que estaba “expresando apoyo a los terroristas ucranianos”.
En junio, el cantante Eduard Charlotte publicó un vídeo de sí mismo quemando su pasaporte ruso, afirmando que quería ir a Ucrania y dar conciertos allí. Fue detenido por vandalismo en noviembre y ahora afronta cargos criminales graves por “rehabilitar el nazismo” e “insultar los sentimientos de los creyentes”.
En el caso de Hoffman, que procede de una zona cercana a la frontera entre Rusia y Ucrania, todo es todavía más delicado, pues la región es objeto de ataques aéreos de Ucrania de manera esporádica. Dos días antes del ‘numerito’ de Hoffman se produjo un ataque con drones ucranianos sobre la región de Bryansk. En la memoria de los locales está muy presente el 2 de marzo de 2023, un grupo armado ucraniano cruzó la frontera y atacó las aldeas de Lyubechane y Sushany: dispararon contra un automóvil y mataron a dos civiles, antes de que el Servicio Federal de Seguridad los obligara a regresar a Ucrania. La guerra tiene cada vez menos gracia en lugares cercanos al frente como Bryansk, Kursk o Belgorod: allí normalmente no arden los pasaportes, sino los depósitos de combustible y en ocasiones algunas casas.