1) Florencio Aldrey Iglesias
(vergüenza total)
El brigantino oriundo de La Coruña que trata a la dirigencia local como si de sus siervos se tratara, se apoderó de la fiesta de los 150 años de Mar del Plata, que ya no será una fiesta, sino un oprobio vergonzoso con olor a naftalina y un saqueo a los bolsillos de quienes, convocados por Ladrey, pondrán un dinero por el que nunca les rendirán cuentas… AJO
2) Oscar Rigano
(cafecito y saludando)
Llegó impasible a Barra 3 —esta vez, no había golpeadores a la vista—, saludó a varios de los presentes y se pidió un café con una salada. Para los que dicen que «el que las hace las paga», que «Mar del Plata es un pueblito» y que «si le jodés la vida a alguien, no podés andar por la calle».
3) Pedro Bove
(qué feria, ni qué feria)
Abogado de varios de los damnificados por Jonestur SA, no afloja ni se calla y pide la apertura de la feria judicial para poder aportar y pedir acciones concretas antes de que el dinero de quienes de buena fe creyeron que les cuidaban sus dólares se evaporen, una vez más.
4) Adolfo Aristarain
(de nono, golpista)
Fue un director de cine que marcó una época, al igual que su actor mítico, Federico Luppi. Ambos, en el declive de la vida, quedaron en lugar contrario a lo que representaban: Luppi, un golpeador brutal que le arruinó la vida a Haydee «La Chona» Padilla, y él —un director cuyas películas fueron un alegato en contra de la crueldad del Proceso—, un golpista absurdo que anuncia la caída de un gobierno democráticamente electo y constitucional.
5) Pablo Moyano
(la bestia juega con fuego)
Sus propios colegas y dirigidos por él en el gremio le dicen «la bestia». El coautor de la destrucción del club Independiente y millonario sin ninguna explicación lógica o legal, se suma como si guapo fuera a desafiar el mandato de las urnas y al gobierno constitucional. ¿Bala? No. Pero cárcel, sí.
6) Mariana Cuesta
(nada que agradecer)
Muy sensible. Se le han visto lágrimas de emoción en el recinto o en comisiones. Muy convencida de aquello que representa. Pero, un tanto falta de instrucción cívica: no hay nada que agradecerle ni a este ni a ningún otro gobernador cuando ejecutan acciones que son propias de la responsabilidad política que encarnan. Agradecer así, huele a naftalina.
7) Carlos Torrendell
(auténtica sorpresa)
Los funcionarios del gobierno nacional que han concurrido a las sesiones extraordinarias a exponer ante los diputados, han dejado una autentica sensación de aire fresco. Destaca el secretario de Educación, quien señaló: «si el PO paga los gastos, vayamos a Cuba o a China y veamos cómo se aplican los exámenes de final de ciclo lectivo para docentes y alumnado». Chappeau.
8) Juan Antonio López Carzola
(lo están esperando)
Finalmente, el gobierno designó a un subsecretario de Pesca. El hombre —que viene del frío austral de la isla de Tierra del Fuego— asume con un escenario difícil, con intereses encontrados entre marplatenses y patagónicos por la captura de las principales especies, y con una crisis del recurso a la vista con el calamar. Sera de ver.
9) Fabián Messina
(buscando luz al final del túnel)
Messina busca quien le escuche y —por supuesto— quien pague por los servicios que se brindan a quienes, que padeciendo el infierno de las drogas, buscan en Posada del Inti una respuesta. Urge atender esta delicada cuestión que puede llevar al cierre de la institución, con sus enormes implicancias tanto para las personas como para la sociedad.
10) Daniel Álvarez
(el mensajero del destino)
Se inició en el periodismos allí por los noventa en la FM 99.9. Rápidamente, las circunstancias lo llevaron a integrar el staff de Canal 8. De perfil nada polémico, un interrogante lo colocó como el mensajero del destino: fue él quien le preguntó al pope del canal, «Jorge, ¿vos recibiste el lobito de mar?», lo que desató una tormenta palaciega (ver Malas Lenguas) que repercutirá por largo tiempo.