Mientras en Argentina el servicio es cada vez más caro y lento, países como Brasil, Uruguay y Chile tienen una conexión más barata y veloz.
A diferencia de lo que ocurre en el resto de América Latina, en nuestro país los precios del acceso a Internet no bajan y se mantienen en el tope entre los más caros de la región. Pero si se consideran solo los precios de los planes más baratos, los valores aumentan. En cambio, en cuanto a calidad de conexiones el país sigue retrasándose y ya integra el pelotón de los últimos. Así lo confirma la cuarta edición del informe “El precio de la conectividad en América Latina y el Caribe”, a cargo del especialista Hernán Galperín, investigador de la Universidad de San Andrés (Udesa) y del Conicet.
“Si se compara en dólares corrientes el gasto mínimo que debe realizar un hogar para abonarse al servicio de acceso a Internet de banda ancha fija, la Argentina es el segundo país entre los más caros de América latina, solo superado por México”, señala el trabajo.
En la Argentina, el plan más barato de Internet fija en el segundo trimestre del año promedió los US$ 25,8, muy por encima del promedio regional de US$ 18,7. Si el análisis de precios se hace usando el tipo de cambio ajustado por el criterio de paridad de poder de compra (PPP, en inglés), que elimina posibles distorsiones en los valores nominales de las monedas, la Argentina pasa a ser el país más caro de toda América latina. Así medido, ese abono sube hasta US$ 56,6, contra los US$ 31,7 del promedio regional. Brasil, Uruguay, Colombia y Chile, entre otros países, se ubican por debajo de ese promedio.
“En promedio, el gasto mínimo que enfrentan los hogares latinoamericanos para conectarse a banda ancha se redujo a una tasa anual de 4% entre 2010 y 2013 (-11% en total), mientras que en la Argentina este costo, medido en dólares corrientes, se incrementó en el mismo período al 4% anual (13% en total)“, indica el trabajo. Si se considera la baja del precio por la mejora en la calidad (más velocidad de descarga sin modificar la tarifa), la caída del precio que se registra en la Argentina es mucho menor que en otros mercados de la región. Aquí, en cuatro años el valor del mega se redujo el 47%; en Uruguay, Brasil y Ecuador, esa merma superó el 80%. Para Galperín, “con estos niveles de precio, es poco probable que se logre conectar a la mitad de los hogares que aún no tienen acceso a Internet”.
En banda ancha móvil para PC o dispositivos similares mediante modem USB el panorama tampoco es favorable al país. “Si se consideran los abonos mensuales pospagos que permiten al menos 1 giga de descarga de datos, la Argentina se ubica segunda entre los mercados más caros, por detrás de Ecuador y 62% sobre el promedio general”, precisó el estudio.
En la Argentina, según la última edición del Barómetro Cisco de la Banda Ancha, solo hay 26.000 conexiones fijas de 10 megas o más; 533.000 están entre los 5 y los 10 megas; 2,5 millones, entre 2 y 5 megas, y 2,7 millones, entre 0,512 y 2 megas, y 138.000 de menos de 0,512. En total, unos 7,1 millones.
Otro estudio, encargado por la empresa Ericsson, desarrolladora de infraestructura de conectividad, y difundido ayer, cuantificó el impacto de la velocidad de la banda ancha en el ingreso familiar tanto en mercados desarrollados como en países emergentes. Según ese análisis, el incremento de la velocidad de 4 a 8 megas aumenta los ingresos hasta en US$ 120 al mes en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en tanto que un 0,54 mega incrementa US$ 46 por mes los ingresos familiares en países como Brasil, la India y China. La mejor performance económica se debe al aumento de la productividad y el acceso a la educación.
Por otro lado, según datos de la Unión Europea (UE), por cada 10% en la penetración del servicio de Internet, el producto bruto interno se expande entre 1 y 1,5%. Galperín explica que “mientras en otros países de la región existen alternativas de conectividad básica para los hogares de menores ingresos, en la Argentina los principales operadores tienen muy poco interés en atender ese segmento”.
En la investigación de la Udesa “los precios fueron relevados utilizando la metodología recomendada por la OCDE, en la que se computan los precios finales, incluidos impuestos, y las promociones se consideran al tomar el precio promedio de los primeros 24 meses de servicio. La muestra de operadores incluye a todos los prestadores de acceso a Internet (ISP) en el segmento residencial con una cuota de mercado superior al 10% en cada país”.
Los precios de los abonos en la Argentina mejoran cuando se trata de servicios de calidad media, es decir, superiores a los 2,5 megas de velocidad de descarga (contratados generalmente por sectores socioeconómicos medios y altos). En ese recorte, el precio promedio de la región se ubica en US$ 73,6 y el de Argentina está en US$ 62,9. Sin embargo, ese valor duplica el costo de servicios equivalentes en Brasil o en Uruguay.
En acceso a banda ancha móvil, “la performance de la Argentina es mejor en el segmento prepago orientado a la conectividad mediante smartphones . A modo de ejemplo, si se consideran los planes de conectividad por un día que permiten por lo menos 50 megas de descarga de datos, el precio en la Argentina (0,96 dólares) se encuentra muy cerca del promedio regional de 1,14 dólares, aunque lejos de mercados como Brasil donde es posible conectarse por un día por apenas 0,24 dólares”.
Pero los precios no son el único problema de la conectividad en nuestro país, ya que “la falta de inversiones en infraestructura de acceso fijo en la Argentina se ve reflejada en la limitada oferta de planes de muy alta velocidad en el mercado residencial”. En efecto, la velocidad máxima de conexión ofrecida en el país, 30 megas, está por debajo del promedio regional de 54 megas. Brasil lidera con más de 200 megas, seguido de Chile y Uruguay con 120 megas, y México con 100 megas.
Para Galperín, “esto refleja claramente el déficit de inversión que existe en infraestructura de banda ancha fija en Argentina. Hasta hace unos años, Argentina estaba entre los líderes regionales en infraestructura de acceso a Internet. Hoy estamos quedando rezagados”.