En la década de 1970, en su época de inflexible aislacionismo comunista, China estaba gobernada por la extremista “banda de los cuatro”. A los conductores, se los instaba incluso a pasar con el semáforo en rojo, porque ése era el color revolucionario que simbolizaba el avance. El resultado era el caos emblemático de esos años.
Por Nicholas D. Kristof | The New York Times
En Estados Unidos siempre hacemos las cosas a lo grande, así que es un tributo al “excepcionalismo” norteamericano que hayamos superado ampliamente el rendimiento de China en el campo del extremismo ideológico. Nosotros no tenemos una patética “banda de cuatro”, sino una imbatible “banda de los 40”.
Ése es el nombre que encontré para los 40 “halcones” republicanos de la Cámara baja que forzaron una parálisis del gobierno federal y que ahora coquetean con un default de la deuda norteamericana que podría arrastrar al mundo a la recesión. En su supuesto intento de salvar el dinero de Estados Unidos, nos están costando decenas de miles de millones de dólares a los contribuyentes.
Por supuesto que hay diferencias, pero nuestra banda se parece a la china en el sentido de que una nación entera es tomada de rehén por un pequeño grupo de figuras poco representativas que no tienen demasiada idea de economía ni de la situación a la que están empujando al país.
La parálisis de gobierno de la “banda de los 40” ya causó suficiente daño, al recortar los beneficios por deceso a las familias de empleados públicos y cancelar la ayuda federal para los centros de ayuda a las víctimas de violación, algo doblemente doloroso cuando se piensa que los gimnasios del Congreso siguen abiertos.
Lo más preocupante de este caos es el modo en que los extremistas subestiman los riesgos de chocar con el límite de endeudamiento. Sorprendentemente, el representante Ted Yoho, de Florida, dice que no cumplir con el plazo para modificar el límite de deuda “traería estabilidad a los mercados globales”. Y también está el senador Rand Paul, que dijo que no elevar el techo de endeudamiento podría ser recontextualizado como “una idea bastante razonable”.
Ahora hay como un efecto eco de derecha, propulsado por la cadena Fox News, que repite las mismas sandeces hasta que cobran una pátina de viabilidad, y de ese modo logran que la catástrofe sea más inevitable. Una encuesta de este mes del Centro de Investigaciones Pew mostró que el 54% de los republicanos cree que Estados Unidos puede pasarse del plazo sin mayores consecuencias.
Lo que hace que nuestra trayectoria sea aún más peligrosa es que los “halcones” están recibiendo respuestas positivas. Los votantes republicanos más confiables son dos veces más propensos a decir que sus legisladores cedieron demasiado que a decir que no cedieron lo suficiente.
Siempre me generó curiosidad la endemoniada dirigencia política norteamericana entre 1840 y 1850, en vísperas de la Guerra Civil. ¿Cómo pueden haber sido tan obstinados los políticos mientras se acercaban al precipicio? Al observar lo abstruso de la situación actual, empiezo a hacerme una idea.
Son dos los aspectos que me impresionan más en este momento, y ambos son eco de los errores que condujeron a la Guerra Civil. Uno es el desdén absoluto por parte de los principales implicados, especialmente la “banda de los 40”, sobre los riesgos que corremos.
El segundo es el modo en que los políticos buscan ganar poder amenazando descaradamente con dañar adrede a la nación a menos que se haga lo que ellos quieren. Los “halcones” republicanos en la Cámara baja perdieron su batalla contra el plan de salud de Barack Obama en el proceso democrático, así como el presidente perdió la batalla por la prohibición de armas. Pero en vez de aceptar la derrota como lo hizo Obama los miembros de la “banda de los 40” tomaron rehenes, con el riesgo de que el plan de salud le termine costando decenas de miles de millones de dólares a la economía norteamericana.
El Partido Republicano se jacta de ser el que más se preocupa del déficit presupuestario. Sin embargo, es el caos que genera la parálisis de gobierno el que, solo la semana pasada, le costó al país 16.000 millones de dólares. En cuanto al techo de endeudamiento, los costos de pasarse del plazo podrían ser infinitamente mayores. ¿Los miembros de la “banda de los 40” no quieren pagar la educación preescolar, pero no les molesta para nada pagar millones de los que nadie habla por una parálisis de gobierno y una crisis de techo de endeudamiento? Ése no es un tema de gobernabilidad, es extremismo.