La comida del perro

Un ex compañero de ruta me enseñó, allá por la década del 1980, que «político en campaña es como el perro ante el plato de comida». Léase: no metas la mano en plato, no digas nada que incomode a nadie.

Lección aprendida por la cadena de copy/paste y para los que hacen de insultar a la política en los café un ejercicio de hipocresía constante. Cuando llegan las elecciones, todos van en jauría detrás de una moneda que les permita hacer la diferencia. Hay cada uno dando pena… amenazas en letra mayúscula en conversaciones de WhatsApp y gritos histéricos del tipo «a este le pusieron pauta y a mí no, ahora van a ver». Está plagado de chihuahuas con bozal que se creen que son un bull terrier.

La presentación de la colega Gabriela Azcoitía como candidata a primera concejal por la lista de «Nuevos Aires» descolocó el tablero en una elección en la que prima el desconocimiento de por qué y para qué votar, y en donde el desafío más grande es interesar al ciudadano del común en concurrir efectivamente a las urnas. ¿Se logrará?

En esta botica en donde juegan fuerte los nuevos métodos para comunicar, los medios tradicionales —salvo aquellos que tienen una voz propia y un auténtico predicamento para ofrecer al público— no tienen demasiadas chances de participar de manera relevante. En ese contexto, hay métodos para llegar a la gente que, por su ingenio, merecen ser destacados, como la campaña de Rodolfo Iriart que busca, con muy bajo presupuesto, poner la atención sobre una figura que ya había cantado su grito final.

Pero, en parte, esta es la temporada de los muertos vivos: el ex intendente Pulti, candidato testimonial, dice que va a hacer bien lo que ya sabemos que hizo muy mal. Difícil afirmarlo a ciencia cierta, pero hay mucho ruido señalando que la presentación ante la Fiscalía de Estado de provincia, incoada por Federico Isla con motivo de la realización del Enduro de Invierno, está incoada por este constante enemigo de la ciudad.

Por otro lado, Marcelo González, empresario de pasión demostrada y efectiva por esta ciudad, busca ser concejal. Algo chiquito —dice— para iniciar el camino. Parte muy de atrás y está como Colapinto: es bueno al volante, pero la máquina que pilotea no parece estar para campeonar. O, cuando menos, para hacer podio.

En la lid de más alta jugada, la familia Raverta/Obeid vuelve a la dinámica clásica del PJ en la ciudad: asegurarse la propia supervivencia económica apoderándose de cargos en el Estado mientras cuentan el cuento de que ellos lo hacen «por los compañeros».

Al intendente Montenegro se le cayó el telón y su calidad de marplatense autoconstruida explotó en pedazos ante los azorados creyentes que en los diferentes cafés, reuniones y vuelos desde y hacia Mar del Plata poco menos que a los gritos expresan su digusto. Aún algunos muy cercanos, de esos que fueron invitados a su casamiento en los salones de La Rural en CABA.

¿Estará aún vigente ese 45% que las encuestas le daban en julio? ¿O habrá pasado ya su tiempo? Impacta el ruido que se anuncia para diciembre: Maxi Abad hizo saber, en un acto de nutrida concurrencia en la sala Melany del Centro de Arte MdP que su grupo va por la intendencia en 2027 y agregó que la alianza local fenece el 10 de diciembre.

Me voy, ya siento los tarascones de los perros que me quieren desgarrar la mano en este día de domingo.