El reloj biológico es algo imposible de detener, incluso para los todopoderosos hermanos Fidel y Raúl Castro. La pregunta es qué sucederá con la Revolución Cubana cuando ellos y la generación que los ha acompañado por casi 60 años ya no estén en el poder.
Los hermanos Castro no han preparado un recambio generacional para reemplazar a los octogenarios que hoy toman las decisiones más importantes de la administración cubana. En la isla se dice que, como un voraz Saturno que se devora a sus descendientes, los principales líderes de la revolución no han permitido que ningún hijo favorito les hiciera sombra.
Los últimos en ser apartados en el año 2009 fueron el vicepresidente Carlos Lage, una figura muy popular y querida, y el ministro de Exteriores, Felipe Pérez Roque. Según el propio Fidel, su alejamiento se debió a que se volvieron “adictos a las mieles del poder”.
Pero en Cuba no hay dudas de que este 2013 será un año clave y de cambios importantes. La tímida apertura ya es imparable. Y quienes dejen de recibir sus sueldos de una institución estatal y pasen a mantener a sus familias mediante un empleo independiente, seguramente ganarán más autonomía política.
Desde hace un tiempo, La Habana vive un cambio muy visible en las calles de la ciudad. Abundan pequeños negocios, restaurantes y empresas de servicios; y ha crecido notablemente el tráfico de autos y el transporte público, evidenciando un abastecimiento regular de combustible. Los “cuentapropistas”, término gubernamental que define a los nuevos emprendedores, se dejan ver por las principales avenidas del centro y el norte de la ciudad.
Entre las medidas económicas más concretas tomadas en los últimos meses, las autoridades destacan la puesta en práctica de políticas financieras y de créditos que favorecen no sólo a las empresas sino también a las personas, y benefician la creación de cooperativas en diversos sectores no estatales.
Ya hay más de 400.000 trabajadores privados, según los propios medios estatales cubanos. Pero no son tantos como los que el propio gobierno de los hermanos Castro buscaban. “La cifra de trabajadores estatales incorporados al sector privado representa un porcentaje aún menor, comparado con la meta del gobierno de aligerar las nóminas del Estado en al menos 500.000 empleos en la primera etapa de la llamada ‘actualización’ del modelo económico, y hasta 1.800.000 en total”, reseña el portal martinoticias.com.
Para ellos, se abrió un mundo donde, a pesar de las inspecciones constantes y el pago de impuestos (algo desconocido hace 60 años en la isla), se presenta una libertad incomparable. Luis Alfonso Domínguez, de 64 años, es veterano de la guerra de Angola y abrió un pequeño local de comidas en su casa. Afirma: “estoy contento con Raúl. A mí me va bien gracias a las nuevas medidas económicas. Mira las mesas y la cocina; antes no tenía la oportunidad y él me la dio. Aquí hubo tiempos difíciles, es verdad. Pero nosotros somos sobrevivientes, hermano. A los cubanos no nos va a parar nadie”.
Una nueva ley que permite extender el cooperativismo no estatal a más de 200 actividades económicas, comenzó a regir el mes pasado en la isla. Hasta entonces, solamente se permitía esa forma de gestión en el sector agropecuario. En adelante, será posible formar cooperativas en sectores como la gastronomía, el transporte, los servicios técnicos y personales, la pesca deportiva y la camaronicultura, entre otros rubros.
Uno de los principales desafíos para Raúl Castro es incrementar la producción de alimentos, cuestión de suma importancia para el país. Hacer más eficientes los sistemas de contratación, sustituir importaciones y realizar inversiones en función de una mayor producción y calidad en el trabajo, son también objetivos planteados en Cuba y sustentados en la planificación económica.
Según datos publicados en la prensa nacional, en Cuba, de cien mil toneladas de granos que se deben producir abastecer a la población, se recogen sólo alrededor de 20.000. La región de Nuevitas trabaja fuertemente en la producción de maíz y frijoles para sustituir estos renglones que cada año le cuestan millones de pesos al país.
Otro ítem que los gobernantes tratan de revitalizar es el del turismo que, en gran parte, ha caído por la crisis que vive la Unión Europea, lugar de origen de la mayoría de sus visitantes. Sólo hasta agosto del año pasado, la Oficina Nacional de Estadística e Información reveló que Cuba había alcanzado la cifra de 2.021.649 turistas. “Solamente en agosto de este año vinieron 179.409 viajeros a pasar sus vacaciones; un incremento del 2,8% frente al mismo lapso del año pasado. El alza fue del 3,8% en comparación con 2010, y del 9,5% frente a 2009”, explicaba un reporte que proyectaba una meta de 2.900.000 de visitantes para el 2012. Pero la cifra no llegó a cubrirse. “Pese a no alcanzarse los ingresos planificados por el turismo internacional ni la cifra prevista de visitantes extranjeros, nuevamente se impone otro récord, al arribar 2.850.000 turistas para un crecimiento del 4,9 % en comparación con el año anterior”, dijo Castro en la última Asamblea Nacional del Poder Popular.
Igual de ambiguo fue el gobernante Raúl Castro en su discurso afirmando que el plan de la economía nacional, aunque no alcanzó la meta proyectada, preservó la tendencia favorable de crecimiento. Los informes sobre el estado de la economía, ofrecidos a los asambleístas cubanos y publicados en la prensa oficial, aseguran que las construcciones se incrementaron un 12,4 %. Pero este sector incumple lo previsto un 13 %, “lo cual explica en buena medida que no se alcance globalmente el crecimiento planificado y que las inversiones se incumplan un 19 %”.
Otro dato importantísimo es que, hoy por hoy, la oposición es más activa que nunca desde la llamada “Primavera Negra de 2003”, cuando 75 opositores al régimen fueron arrestados y la mayoría resultaron sentenciados a largas condenas. Aunque en 2012 falleció Oswaldo Paya, principal figura del Movimiento Cristiano Liberación, otras caras están comenzando a destacarse. El número de activistas está aumentando y crece el aporte de ideas frescas y modernas para la lucha, utilizando las redes sociales tan difíciles de controlar para todos los gobiernos del mundo.
Otro tema que generará cambios en la isla será la salida del poder de Hugo Chávez en Venezuela. En ausencia del gran mecenas de Caracas y del suministro de petróleo tan subvencionado como esencial para Cuba, Raúl Castro tendrá que acelerar todavía más las reformas económicas para impulsar el crecimiento, lo que redundará en un todavía mayor debilitamiento de la autoridad del Partido Comunista.
Cuba es una isla de 109.000 kilómetros cuadrados con 11 millones de habitantes. Su particular historia la ha convertido desde 1956 en un lugar idealizado por muchos y odiado por otros. Lo cierto es que ya es hora de que sus habitantes sean dueños de su destino, sin perder las cosas buenas que puedan haber atesorado en este tiempo y que tanto esfuerzo les han costado.
Cambios migratorios
Durante la última semana se puso en marcha la eliminación de los permisos de salida para viajar al extranjero y se dejó sin efecto el requisito de la llamada “carta de invitación”. En medio de los cambios políticos que enfrenta Cuba, la reforma migratoria que ya está vigente estipula que “sólo se exigirá la presentación del pasaporte corriente actualizado y la visa del país de destino” para que los cubanos puedan salir del país.
Además, la nueva ley impone que todos deberán renovar sus pasaportes, por lo que algunos especulan que este documento se perfila como el nuevo filtro del régimen a los viajeros. Para los cubanos que emigraron y viven fuera de la isla, el decreto aclara que deberán visitar su país con pasaporte nacional expedido en los consulados cubanos, incluso cuando tengan la ciudadanía en el país que residan. También deben tener un permiso de entrada con una duración limitada de 30 días.
Antecedentes
Las reformas emprendidas por Raúl Castro fueron apuntaladas y beneficiadas por las medidas que tomó Barack Obama. El levantamiento de las restricciones de viajes de los cubanoamericanos generó incrementó de 10 a 80 los vuelos semanales, lo que significó que más de medio millón de visitantes se trasladara a la isla en un solo año.
Mientras tanto, la suspensión de las restricciones a los envíos de remesas y paquetes redundó en el ingreso de aproximadamente 2.300 millones de dólares en remesas y otros 2.000 millones en mercancías como ropas, comida, electrodomésticos y medicamentos. Obama potenció la aprobación de los viajes pueblo a pueblo y emitió decenas de licencias para gestionar visitas de intercambio cultural, académico y de otro tipo con fines no turísticos. A la vez, autorizó el permiso a 16 aeropuertos internacionales del país para la conexión aérea con ciudades cubanas. Esta medida abrió la puerta a otras decisiones posteriores, creando una estructura que facilitará los viajes masivos de turistas norteamericanos.