Florencio Randazzo no solo tiene mucho que explicar sobre el estado de los ferrocarriles, en materia naval hay un escándalo de corrupción que por ahora se mantiene oculto. Ocurre que un subordinado suyo, el subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Horacio Tettamanti, controla una empresa de reparaciones navales que ha ganado una licitación de la Armada para proveer un simulador a la Escuela Nacional de Náutica, a cargo de Sergio Dorrego, quien a su vez es subalterno de Tettamanti en la Subsecretaría. El contrato contempla un negocio de 1 millón de pesos que nadie objetó por las incompatibilidades evidentes. El hecho es similar al del subordinado de Carlos Zannini, Carlos Liuzzi, cuyos negocios estallaron a raíz de declaraciones del juez Oyarbide. Informe de Urgente24.com
Florencio Randazzo y Alejandro Ramos (Ministro del Interior y Transporte y Secretario, respectivamente) son los jefes de Horacio Tettamanti, el subsecretario de Puertos y Vías Navegables. Lo que no pueden desconocer Randazzo/Ramos es que Tettamanti se ha convertido en el Rey de las reparaciones navales en Mar del Plata, donde tiene un astillero que trabaja mayoritariamente para la Armada Argentina. Para eso hace falta la anuencia o el silencio de varios funcionarios ante la evidente incompatibilidad en sus funciones.
Para cuidar las formas, Tettamenti renunció a la presidencia del astillero pero conserva sus acciones en la empresa Servicios Portuarios Integrados (SPI SA), donde dejó a su mujer en el Directorio ya que en el fondo no confía en nadie. Asimismo tiene la representación en la Argentina de la empresa proveedora de simuladores de navegación más grande del mundo.
La empresa tiene un nombre que parece una broma si no fuera porque es cierto: TRANSAS SA.
No casualmente, la empresa de Tettamanti participó y ganó la licitación de la Armada para proveer un simulador Ecdis a la Escuela Nacional de Náutica Manuel Belgrano, que dirige Sergio Dorrego, quine a su vez es subalterno de Tettamanti en la Subsecretaría, a cargo de la Dirección Nacional de Transporte Fluvial y Marítimo. Retiraron el pliego tres empresas, a una se le indicó que mejor no le convenía presentarse, a otra la descalificaron por cuestiones técnicas y así la compañía de Tettamanti resultó felizmente ganadora.
Pero hay más: La Armada necesitaba para adjudicar la compra un dictamen técnico que confirmara que lo que Tettamanti ofrecía era correcto, para ello Sergio Dorrego emitió un dictamen técnico para respaldar el material que ofrece Tettamanti, y que se ajusta a lo requiere la autoridad de aplicación de la Secretaría de Transportes, exige.
La autoridad de aplicación es Tettamanti
El diario La Nación aporta más detalles sobre el caso y resalta que la Armada se despegó “en los papeles”. Aceptó de buena fe la declaración jurada que señalaba la “renuncia” de Tettamanti a la presidencia de la empresa, pero ignoró que mantiene acciones en la compañía, como bien señala la declaración jurada de Tettamanti en 2012 (la de 2013 no está presentada aún).
En resumen, son varios los que se hacen los distraídos: La empresa al no presentarse; el funcionario al permitirlo; la Armada al aceptarlo; la comisión evaluadora y los funcionarios Randazzo y Ramos.