La directora del grupo de Educación en el Centro de Estudios e Investigaciones en Ciencias Sociales, Romina De Luca, habló en la 99.9 sobre la implementación del programa educativo FinEs como una herramienta para llegar a cierto número de egresados, pero sin tener en cuenta la calidad de la educación. “Es una suerte de titulación Express y certificación trucha de saberes”, definió.
Terminar el secundario puede ser un logro para muchas personas, pero la manera en la cuál se llega al título es cuestionable para otros. La doctora en Historia y directora del grupo de Educación en el Centro de Estudios e Investigaciones en Ciencias Sociales, Romina De Luca propone que el gobierno lo que busca en realidad es un ejército de analfabetos funcionales con título secundario.
En la 99.9, explicó sobre que puntos basa su teoría y destacó el punto sobre el cuál ha trabajado: el programa FinEs 2. “Es una suerte de titulación Express y certificación trucha de saberes. La ley establece como nueva obligatoriedad escolar el secundario completo y se deben crear programas para la población mayor de 18 años para que completen su educación obligatoria”, indicó.
Este programa tiene un objetivo que termina atentando contra la calidad de la educación: “como meta se proyectó que para 2015 se debía incrementar el número de personas que terminaran sus estudios en un 100% para los mayores de 18 años. En 2008 se lanzó entonces el FinEs 1 con una estructura de tutores para que rindan sus materias”. Con la llegada de la segunda edición de este programa, empezaron los inconvenientes: “el FinEs 2 permitiría también completar estudios primarios o secundarios en una modalidad acelerada. Sólo es una cursada de dos veces por semana, durante 3 cuatrimestres, cuatro horas por día promedio. El programa habilita a que cualquier espacio se constituya como sede educativa y esto va desde una propia escuela hasta comedores barriales, bibliotecas, casas compañeras o unidades básicas”, señaló.
Estas determinaciones han redundado en un peor nivel educativo de aquellos que ingresan en este programa: “no sólo hay una degradación de la educación cuando se dicta en lugares que no están preparados, sino que los tutores tampoco son necesariamente docentes por que se admite que sean estudiantes de alguna carrera universitaria que tengan cursado más del 50% de las asignaturas”.
El objetivo entonces, cambia radicalmente y empieza a pasar estrictamente por llegar a un número de egresados para cierta fecha: “lo que habría que analizar es cual es la propuesta educativa y pedagógica que está detrás del programa. Degradando el personal docente, la sede donde se cursa, una suerte de degradación del currículum, no hay una instancia de debate entre alumnos y docentes. Algunas experiencias serán positivas, pero en base al objetivo que se ha planteado para el 2015, se empieza a pensar en eso”, remarcó De Luca.
Las expectativas para el presente año siguen incrementándose y poco tiene que ver con la calidad brindada: “se proyecta que para este año en curso sean 600.000 alumnos los que egresen. Lo que se observa es que paradójicamente se dice incluir a los excluidos para una educación de calidad pero en realidad el proceso educativo está adecuado a las necesidades de mercado con una titulación rápida”.
La evidente degradación de la educación, parece ser sistemática y generada desde el propio gobierno, según lo indicado por Romina De Luca, pero aclaró que “esa degradación no ha comenzado con el kirchnerismo, viene de años”.