Fue “el escándalo” de estos días, una operación política perpetrada desde la sombras del palacio municipal, conectado umbilicalmente con la mafia de Camioneros. Dos testimonios directos agrego a lo ya revelado en esta columna: la noche en que esencialmente Canal 10 -dirigido por Gabriel Bianco, amigo y compañero de ruta del titular del EMTuR Pablo Fernández Abdala- ponía al aire el video editado que se suponía la prueba irrefutable de la coima pedida por Baragiola a Camioneros, en las oficinas del Intendente se brindaba con champagne. Lo contó Martín Aiello, actual secretario de Desarrollo Social, a sus compañeros de la Bancaria. Por otro lado, era ya de noche cuando la CGT local se reunió para debatir un documento de repudio al uso de cámaras ocultas; Pedro Fernández, secretario general, recibió un llamado de Gustavo Arnaldo Pulti, quien le propuso evitar dicho pronunciamiento. Cortés, Fernández le señaló al intendente que su pedido no era posible. De ahí en más, Pulti operó sobre su red de comunicación para minimizar el daño y dar al documento un perfil más bajo y menos nocivo.
En tanto se avanzaba hacia la sesión especial del Concejo que se llevó el patético premio de la destitución de Antonio Costantino, se sumaron elementos de prueba de que la operación contra Baragiola estuvo completamente orquestada por Gustavo Arnaldo Pulti. Policías de calle de la Seccional Primera detuvieron a dos sujetos que pintaban leyendas injuriosas contra Baragiola en la cuadra de Luro e Yrigoyen, que luego de las averiguaciones del caso, resultaron ser dos criminales vinculados a la barra brava de Alvarado. Primos o hermanos -aún no está claro-, Ezequiel y Marcelo Juárez, de 21 y 23 años respectivamente, registran antecedentes por robo de autos, robo calificado e intento de homicidio. Reconocieron ser los mismos que pintaron el sábado a la madrugada idénticas leyendas en el edificio de la municipalidad, e ilustraron que los había llamado para contratarlos para la tarea, “Juan, de la Privada”. Según reveló el presidente de la UCR local, Daniel Núñez, “Juan, de la Privada” no sería otro que Juan Vázquez, secretario de Pulti, a quien se lo vincula con operaciones bajo nombres falsos en las redes sociales.
Un dato es obvio: Baragiola estaba ya a demasiada distancia del resto de los pretendientes a la Intendencia de General Pueyrredón; últimas encuestas la ubican en un nivel del 25% de intención de voto, y a Carlos Fernando Arroyo en segundo lugar, con el 22%. Con estas proyecciones en la mano comenzó a construirse la “Operación Derribo”, cuya idea primigenia arrancó la misma noche de la derrota en la pasada elección.
En la sesión del HCD del pasado viernes, los cruces fueron muy fuertes, y hubo de todo. Destacó Fernando Maraude, quien colocó la pica en la testa que cabe. Señaló el edil del FPV: “Digamos las cosas como son; el único bloque que desde 2008 avalaba el expediente para la demolición del chalet de Falucho y Santa Fe es el de Acción Marplatense”. Y agregó: “Ni Daniel Rodríguez, ni Cristina Coria ni yo estuvimos jamás a favor de votar por la demolición”.
En este lamentable entuerto ha quedado expuesto totalmente a qué se puede llegar en política cuando de lo único que se trata es de apropiarse de la renta pública a como dé lugar. Gustavo Arnaldo Pulti, su esposa Lucila Branderiz y sus acólitos están para hacer lo que haga falta con tal de conservar un espacio de poder que los lleva a vivir una vida que no es posible sostener sin utilizar impropiamente la hacienda pública.
Dos líneas para la UCR: no pueden ser tan amateurs si quieren jugar el juego del poder. No pueden ser tan apaniguados ante tanta malicia real que tienen enfrente. Y no pueden dejar que los lleven de la nariz como lo han hecho, creyendo que lo que se cocina en la manzana de las sombras es lo que ocurre en la vida real.