Uno de los fotógrafos que trabajó durante la sesión donde se destituyó a Vilma Baragiola, habló esta mañana en la 99.9 y contó los detalles desde su perspectiva. “Toda la disputa vino cuando estos tipos le pegaron un codazo a una mujer radical que estaba allí”, recordó.
Los incidentes en el Concejo Deliberante han tenido muchas versiones, muchas idas y vueltas sobre quien los inició y quien los continuó. Esta mañana, en la 99.9, un fotógrafo que estuvo presente en el recinto pero no quiso brindar su identidad por miedo a represalias, contó los hechos tal cuál fueron desde su óptica, teniendo en cuenta que no simpatiza con ningún partido político en particular, pero sintió mucha impotencia.
“Hace años que trabajo sacando fotos en el recinto. Lo que sentí ayer me hizo sentir muy mal. La parte pública tendría que haber sido desalojada en su totalidad”, contó en principio. Luego continuó: “antes de las agresiones de Pampillón, hubo otro grupo agresor que ingresó primero de manera impune y llevándose todo por delante. Entraron como una patota desaforada, había señores y señoras que ingresaron de forma violenta”.
Los incidentes más graves (que no llegaron a ser golpes de puño) se desencadenaron por un hecho en particular que el propio fotógrafo relató: “había un par de mujeres que eran radicales y cuando estos tipos empezaron a vociferar contra los ediles radicales, le pegaron un codazo en el estómago a una de ellas. Pampillón intervino ahí y empezaron los manotazos y los empujones”, recordó.
Pero la tarea de patota que debían cumplir no terminó allí y siguieron con las agresiones, según contó: “después que Pampillón se fue con su gente, ellos siguieron provocando, encarajinaron toda la sesión, insultaron a los ediles radicales, hacían silencio sólo cuando hablaba el oficialismo. Me fui para el otro lado y me miraban con cara desafiante, en algún momento me empujaron sin pedir permiso. Es un patoterismo que nunca vi dentro del recinto, le tengo miedo a esa gente”, afirmó.
Su experiencia lo ha hecho pasar por muchas situaciones difíciles en el recinto, pero no recuerda ninguna de esta magnitud. “Fue una situación que nunca pensé que se vería en el Concejo Deliberante”, sentenció.
Estaba claro que respondían al oficialismo y que tenían como objetivo que no se escuche lo que la bancada radical tenía para decir en medio de un día que puede marcar un punto de inflexión político. “No hubo gas lacrimógeno ni picanas, eso no existió. No estoy hablando en defensa de nadie, pero fue una vergüenza. Toda la disputa vino cuando le pegaron el codazo a una mujer radical”, finalizó.