El mandatario de San Luis, el peronista crítico Claudio Poggi, sacudió ayer el tablero de los gobernadores al anunciar que pagará a fin de año una “gratificación anual” de 2.000 pesos a los empleados provinciales y a los trabajadores del Plan de Inclusión Social.
Poggi confirmó que abonará esa suma por única vez el próximo 10 de diciembre y oficializó que hará lo propio con el aguinaldo antes de Navidad, y los sueldos de diciembre antes de que expire 2014.
La medida -dijo- se concretará “con recursos propios de la provincia”. “Hemos dispuesto estas medidas con dos meses de anticipación para que los trabajadores puedan organizarse y dar previsibilidad; podemos adoptar este tipo de determinaciones porque contamos con un presupuesto ordenado, con las finanzas sanas”, enfatizó.
La estrategia incomodó al resto de los Ejecutivos, en medio de la estrechez de cuentas que muestran en promedio las arcas del interior, de la mano de la desaceleración de los aumentos en los envíos de coparticipación y las recaudaciones locales y de las trabas para obtener financiamiento externo tras el revés argentino ante los holdouts.
De hecho, mandatarios y ministros de Hacienda consultados ayer por este diario aseguraron no tener en agenda ni el otorgamiento de una nueva recomposición de sueldo durante 2014 ni el pago de un plus navideño.
Ese lote es masivo y lo integran, incluso, gobernadores de provincias grandes como los justicialistas Daniel Scioli (Buenos Aires) y Francisco “Paco” Pérez (Mendoza).
Ayer, sin embargo, se desmarcó levemente y sin demasiadas precisiones el riojano Luis Beder Herrera, al intentar calmar a los sindicatos locales con la promesa de pago de “300 o 400 pesos” de monto fijo entre noviembre y diciembre. En cambio, el rionegrino Alberto Weretilneck confirmó que la pauta seguirá inamovible en materia de monto.
Frente a esa reticencia generalizada, el pataleo gremial de estatales y docentes va in crescendo y preocupa a los gobernadores, ya que a la creciente exigencia de reapertura de paritarias se suma la pretensión de cobrar ese bono de fin de año, que hoy están muy lejos de poder pagar.
En línea con la pretensión ya blanqueada en el ámbito privado por el líder de la CGT oficialista Antonio Caló -apuesta a cosechar de las patronales un pago extra de fin de año para hacer frente al impacto de la inflación-, el titular de la Unión Docentes Argentinos (UDA), Sergio Romero, pidió al ministro de Educación nacional, Alberto Sileoni, que se abone a los maestros una suma de carácter extraordinaria antes de fin de año. Además, ingresó un pedido formal a cada titular de la cartera de Educación de las provincias para que realice las gestiones necesarias ante el correspondiente gobernador.
“Este reclamo es para menguar la desactualización de los salarios ocasionada por la inflación, cuyo aumento fue superior a lo esperado y continúa en crecimiento, así como la vigencia sin modificaciones desde hace un año de las retenciones del Impuesto a las Ganancias, que afecta negativamente a un importante porcentaje del salario docente”, dijo Romero, secretario de Políticas Educativas de la CGT de Caló.
El planteo se multiplica además en los gremios del interior
Por caso, ayer la CGT Regional Córdoba desplegó una caravana de vehículos por la capital provincial, con un paquete de exigencias que incluye el cobro de un plus salarial en diciembre. Si bien el mandatario José Manuel de la Sota no asumió ningún compromiso, en los últimos días quedó en evaluar el pedido.