No cae una sola idea | Solo frases construidas por asesores, sonrisas amplias, algunos slogans y muchos olvidos. Así se construye esta campaña en la que los proyectos e ideas brillan por su ausencia.
Faltan apenas días para que los marplatenses concurramos a las PASO a comenzar a definir quienes deberán gobernar la ciudad desde el 10 de diciembre. ¿No sería hora de saber qué harán?
La política argentina se ha convertido en el mundo de la descalificación. Parece que con sólo mostrar que el otro es malo se legitima cualquier intención de hacerse con el poder.
La ciudad asistirá a unas primarias con un volumen muy superior al que hasta ahora se conocía.
¿Avanzará el FPV sobre la construcción de poder que con paciencia y arquitectura había logrado Gustavo Pulti al dar a luz a Acción Marplatense?. ¿Tendrá ello incidencia sobre un proyecto de ciudad que ha sabido caminar por la ruta del “proyecto nacional” con indudables ventajas pero que en el tiempo debería -por envergadura y posibilidades- insistir en un proyecto autónomo de desarrollo?.
¿Tomará la propuesta del macrismo el color que quiere imprimirle Arroyo o el sello del PRO depositará nuevamente a la UCR en la grilla de candidatos con posibilidades de la mano de Vilma Baragiola?.
¿Lo que queda de un massismo desvaído -que sin embargo por estas playas sigue marcando una interesante expectativa de votos- será suficiente para crecer como propuesta política y aumentar su participación parlamentaria?.
¿Podrá alguna “sorpresa” firltrarse en la contienda y llegar al ansiado piso de la representación en en Concejo?. Y en todo caso…¿cuál?.
Todas preguntas que tienen que ver con el resultado electoral pero poco y nada con la necesidad del ciudadano de saber que es lo que cada uno piensa hacer con la ciudad.
Porque generar trabajo, aumentar la seguridad, atraer la inversión, resolver el transporte, terminar con la marginalidad, reposicionar al puerto, ajustar la administración y tantas otras cosas que se escuchan por estas horas, son anhelos que no pasan de eso si no nos dicen como es que piensan lograrlo.
Planes, propuestas concretas, tiempo de desarrollo, etapas y financiamiento son loscaminos insoslayables de cualquier propuesta de gobierno.
Y de so, por ahora, nada de nada. Solo palabras bonitas, intenciones majestuosas y caritas sonrientes.
Solo Pulti, después de ocho años de gestión, puede mostrar un modelo de gobierno probado. De ahí a que sea lo que la gente quiere hay un trayecto que comenzará a recorrerse el 9 de agosto.
Así va a ser muy difícil que crezcamos como sociedad y maduremos como ciudadanos. Y mucho más que podamos luego controlar, premiar o castigar los incumplimientos.
Y es de esperar que eso no sea lo que se está buscando.
Dos que apuestan a la estupidez del votante
Un triste espectáculo dan los candidatos del FPV en la provincia, acusándose de ineficiencia en la lucha contra el narcotráfico. Todos integran un gobierno que lleva 20 años en el poder.
Aníbal Fernández lleva dos décadas encaramado en el poder político argentino. Julián Dominguez, aún algo más joven, llegó a los niveles de decisión en 1999 de la mano del ex gobernador Carlos Ruckauf, de quien era primero secretario privado y luego Ministro de Obras Públicas.
Ambos entonces forman parte del poder que condujo la Argentina durante el tiempo en el que el narcotráfico se hizo amo y señor del destino de sus jóvenes, corrompió la política e inició su conocido, lento y seguro trabajo de demoler las instituciones.
Lo más grave es que ambos ocuparon lugares de responsabilidad vinculados directamente con la cuestión.
Fernández fue Ministro del Interior y es por segunda vez Jefe de Gabinete. En ambos cargos tiene incumbencia y mando sobre la Policía Federal, la Gendarmería y Prefectura. Casualmente las fuerzas encargadas de combatir el flagelo.
¿Qué hizo con ellas para ganar esta guerra?: nada, tan solo replegarlas a otras tareas menores.
Julián Dominguez es Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, el lugar ideal para iniciar el camino de leyes que sirvan como instrumentos para esta pelea trascendental para el futuro del país.
¿Proyectos que impulsó al respecto?: ninguno…absolutamente ninguno.
¿Porqué deberíamos entonces creer que están seriamente preocupados por la cuestión?, ¿porqué pensar que después de tantos años están ahora dispuestos a dejar de encubrir y enfrentar al poder de la droga?.
O en todo caso…¿porqué piensan ellos que nosotros somos estúpidos?.
Tal vez esta última pregunta tenga una respuesta más obvia….