La empresa fabricante de aviones presentó un plan para solucionar los problemas con las baterías de litio, que han provocado la prohibición de los vuelos de los Dreamliners 787.
La aerolínea All Nippon Airways (ANA) cancelará 1.714 vuelos entre el 31 de marzo y el 31 de mayo del corriente año, a causa de la suspensión de las operaciones del Boeing 787. Entre esas fechas, habrá 464 vuelos internacionales y 1.250 vuelos nacionales que no podrán despegar, lo que afectará a unos 41.500 pasajeros.
Todos los trayectos que unen el Aeropuerto Tokiota de Narita con Seattle y San José (EEUU), y los que van desde Seúl (Corea del Sur) a Kansai (oeste de Japón) y Nagoya (centro de Japón), serán cancelados. También se cancelarán algunos viajes que parten desde el Aeropuerto Tokiota de Haneda hacia Frankfurt (Alemania).
Otras rutas se verán afectadas. Las que no son cubiertas por el 787 tendrán cambios de horario y de modelo de avión ante la necesidad de reprogramar las operaciones.
Desde el pasado 16 de enero la compañía ha anunciado la cancelación de 3.601 vuelos, 939 internacionales y 2.662 nacionales. ANA y Japan Airlines (JAL) decidieron suspender temporalmente las operaciones de sus Boeing 787 a raíz de un problema con un Boeing que terminó aterrizando de emergencia en el sur de Japón por una avería. El hecho no fue aislado, ya que se trata de la sexta falla que registró este modelo en sólo diez días. Las autoridades de aviación de EEUU y de otras compañías que operan el 787 tomaron la decisión de dejar de volar temporalmente el Dreamliner hasta que se garantice su seguridad.