Así definió la escritora e investigadora María Rosa Lojo a la década del ´70 en Argentina y además, destacó a través de la 99.9 que “hay un sector que no está representado en lo que se escribe y dice de los 70 que es el de los no-militantes”,
Las miradas sobre lo sucedido en Argentina durante la década del `70 parecen no agotarse y siempre se puede sumar una perspectiva distinta. Así lo hizo la escritora e investigador María Rosa Lojo en la 99.9 advirtiendo que “hay un sector que no está representado en lo que se escribe y dice de los 70 que es el de los no-militantes. Estábamos desbordados y perplejos ante una situación donde estábamos metidos pero sentíamos una distancia”.
Dentro de sus vivencias y el trabajo que fue desarrollando en los últimos años, creó una mirada ajena a lo que era estar dentro de la militancia de aquellos años y que le permite hoy, brindar un panorama distinto: “fue un torbellino que se lo llevaba todo. Antes de tener tiempo de madurar y ver lo que hacíamos, estábamos dentro del movimiento”, remarcó. También destacó que los hechos se dieron de esa manera porque varios factores se dieron cita al mismo tiempo: “en un momento confluye todo con el peronismo revolucionario y el intento absurdo de prescribir al peronismo. Se dio como una tormenta perfecta y en esa explosión mueren muchas personas jóvenes”, agregó.
Sabe que su mirada es distinta a muchas otras que se expresan sobre aquellos años e incluso pudo volcarlo a través de uno de sus libros puntualmente: “lo que quiero aportar, es contar en primera persona lo que se vivió. Publiqué una novela “Todos éramos hijos” donde se narra, pero no en primera persona, esa misma historia”.
Los jóvenes fueron el blanco elegido porque eran aquellos que reaccionaban de una manera más rápida y más extrema, sin tener en consideración algunos factores que podían ser importantes. “Muchos jóvenes canalizaron la rebeldía generacional en ese deseo de hacer la revolución sin pensar si se podía hacer y cuanta gente la podría acompañar. En un momento, la revolución tenía cada vez menos adeptos. Con el asesinato de Rucci, muchos peronistas no estaban de acuerdo porque era el hombre de confianza de Perón”, aclaró Lojo.
El hecho de pensar en todos aquellos jóvenes que se podrían haber desarrollado en la vida en vez de morir por aquellos años, la lleva también a una profunda reflexión sobre el objetivo que se perseguía en aquellos años: “uno veía ribetes heróicos en personas que corrían muchos riesgos, no lo podíamos creer. A menudo pienso en los compañeros y compañeras con los que hice teatro y compartí momentos, como serían ellos si estuvieran vivos. Cuanto podrían haber aportado a la sociedad. Por eso digo que fue un torbellino que se llevó todo, hasta parece una catástrofe natural y los más vulnerables eran los más jóvenes”, reflexionó.