El neurólogo argentino que desempeña su tarea en la Universidad de Pittsburgh y ha sido uno de los pioneros en la investigación del Alzheimer, destacó en la 99.9 la presentación de un estudio que podría determinar la ralentización de la enfermedad: “el estudio ha demostrado que aquellos que tienen un deterioro moderado por la enfermedad, han tenido un tratamiento eficaz”.
Oscar Luis López es un reconocido científico argentino que participó en una investigación que podría cambiar la forma de tratar y abordar el Mal de Alzheimer. Lo que han presentado es una manera de ralentizar el efecto de esta enfermedad.
Su tarea, actualmente la desarrolla en Estados Unidos donde desde 2005 hasta el presente es Profesor de Neurología de la Universidad de Pittsburgh; Profesor de Psiquiatría del Western Psychiatric Institute and Clinic de la Universidad de Pittsburgh; Jefe de la División Neurología Cognitiva y de la Conducta de la Universidad de Pittsburgh desde 2009 hasta la actualidad. Sus formación se dio en Argentina ya que se graduó en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP en el año 1980. Continuó su formación en el Regimiento de Infantería de Montaña de la ciudad de Las Heras, Mendoza entre los años 1981 y 1982; trabajando desde esos años en diferentes hospitales de la región.
Hoy se ha transformado en un elemento clave para un avance de los más significativos de las últimas décadas. En la 99.9 el Dr. López explicó que “el estudio ha demostrado que aquellos que tienen un deterioro moderado por la enfermedad, han tenido un tratamiento eficaz. Es una tecnología que está disponible hace muchos años, pero lo innovador es que una empresa lo ha tratado para avanzar sobre el Alzheimer”. No es algo nuevo, sino que empieza a tener sus frutos positivos: “es un proceso que comenzó en 2005 y seguirá. Hasta ahora se demostró que se va por el camino correcto. Estamos hablando de 12 o 13 años de trabajo”, remarcó.
El impacto del Mal de Alzheimer en la población es cada vez mayor porque también se ha incrementado la expectativa de vida a nivel mundial. El neurólogo indicó que “el 10% de la población mayor de 65 años tiene la enfermedad y la mitad de la población mayor de 85 años. Es una carga tremenda para todos los sistemas de salud. Siempre hay algún familiar que tiene que dejar de trabajar o producir para hacerse cargo del paciente que tiene Alzheimer y ese escenario se repite en todos los países del mundo”.
Sus investigaciones en el Alzheimer comenzaron a finales de los 80 cuando no era tan frecuente abordar este tipo de trabajos. La explicación que brindó sobre su interés particular fue que “mi especialidad es neurología del comportamiento y los mayores casos de alteración del comportamiento se daban en el Alzheimer. El desarrollo tecnológico más importante de los últimos 20 años sucedió en la Universidad de Pittsburgh donde se inventó un compuesto que es un trazador para detectar la proteína tóxica en el cerebro usando una tomografía computada. Eso cambió toda el área de investigación de la enfermedad y el futuro. Este tipo de tecnología pronto estará disponible para todo el mundo”.
El trabajo que han presentado es un paso más en búsqueda de atacar los efectos de la enfermedad y también anticipó que se está probando una serie de estudios preventivos que podrían ser importantes: “se están haciendo estudios preventivos muy agresivos que se llaman A4 y recién conoceremos los resultados en 2022, lamentablemente todos los estudios que se han hecho desde 2002 hasta la fecha han fracasado. Lo que hemos presentado es lo mejor que se ha visto desde el 2002”, sintetizó.
De todas maneras, hay cuestiones cotidianas que pueden ayudar a que las personas que potencialmente pueden desarrollar Alzheimer tengan un mejor control: “hay factores de riesgo como la hipertensión, el aumento de colesterol o la enfermedad cardiovascular; pero eso no significa que una persona que tenga estas cuestiones vaya a tener Alzheimer. El tema es tenerlo bajo control”, explicó. Para ello, agregó que “lo más importante es que a los 50 años o antes ya puede empezar a hacer algo para su futuro cuidando la dieta, la presión, bajando el colesterol y sumandole alguna actividad física aunque sea mínimamente caminar”.
Mientras desarrolla su tarea en Pittsburgh, no está ajeno a las necesidades en materia de ciencia que tiene nuestro país en una cuestión cíclica que se vuelve a repetir para el área. Desde su punto de vista, concluyó que “todos los países que van adelante con nuevas tecnologías tienen grandes inversiones en ciencia, desde las básicas a las aplicadas. Siempre hay que tener un núcleo de ciencias básicas, individuos que hacen ensayos en laboratorio aunque pareciera algo distinta, es crítico para mover toda la ciencia en un país”.