Cada vez se suman más empresas textiles a los pedidos de los sindicatos mundiales IndustriALL y UNI por la situación que viven los cuatro millones de empleados de Bangladesh. Varias empresas del mundo se han adherido al acuerdo, mientras las compañías estadounidenses siguen mostrándose algo reticentes.
El pacto incluye el compromiso de costear las reparaciones exigidas por inspecciones independientes. Y pretende que “ningún trabajador tema incendios, derrumbes de edificios u otros accidentes que pueden ser prevenidos con medidas de seguridad y de salubridad razonables”.
El acuerdo durará cinco años y prevé que haya inspecciones independientes cuyos resultados serán públicos, el nombramiento de un inspector general y reparaciones obligatorias para garantizar condiciones laborales seguras que deberán costear las propias compañías. La implementación de las medidas será supervisada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Vale decir que la aplicación del acuerdo se limita a Bangladesh, uno de los países donde las condiciones laborales del sector textil son más desfavorables.
Hasta el momento, unos 1.250 trabajadores textiles han muerto en Bangladesh mientras trabajaban debido a las malas condiciones laborales.