En la sala de audiencias de 8 y 57 hubo algunos incidentes al conocerse la decisión del Tribunal Oral en lo Criminal III de La Plata.
El Tribunal Oral en lo Criminal III de La Plata absolvió ayer de culpa y cargo a Cristian Daniel Duarte, el policía del Grupo Halcón que el 12 de febrero de 2014 mató a dos asaltantes que lo atacaron cuando iba de civil a tomar el colectivo en 71 y 23.
Al final de la lectura del adelanto del veredicto, que se hizo en la sala A de la Planta Baja de los Tribunales de 8 y 57, la madre de uno de los muertos le gritó al acusado “asesino”, y en el recinto un familiar del policía le contestó. Tras un breve intercambio de insultos, la sala fue desalojada y todo siguió con normalidad.
Los jueces Andrés Vitali, Santiago Paolini y Ernesto Domenech darán a conocer el viernes próximo los fundamentos.
La semana pasada, la fiscal de Juicio Graciela Rivero, había pedido 12 años de cárcel para el imputado, al considerar que el policía actuó de manera desmedida y fuera de tiempo, cuando sus atacantes, Mauricio Andrada (17) e Ismael Perusatti (20), ya estaban huyendo.
Según el único testigo presencial del caso, los dos jóvenes en moto golpearon a Duarte, lo patearon y le apuntaron con un arma para robarle.
En la causa se secuestraron balas percutadas, dato que coincide con lo declarado por el acusado en el acta de procedimiento: “Me gatillaron dos veces y el tiro no salió”, aseguró el efectivo.
La defensa, a cargo del abogado Fernando Pedersoli, el oficial de Policía debía ser absuelto de culpa y cargo “porque actuó en legítima defensa y en cumplimiento del deber”.
En tal sentido, en el alegato se explicó que Duarte (que no fue desafectado de la fuerza y sigue en funciones), luego de ser atacado brutalmente, pudo zafarse, sacó su arma reglamentaria y les dijo “‘alto policía”, pero desde la moto hicieron caso omiso y le apuntaron con un arma de fuego.
Ante esta situación, el policía “disparó para proteger su vida”, alegó la defensa.
Andrada recibió un tiro que lo atravesó de costado, con perforación de médula, y murió tras un mes de agonía en el hospital.
Perussatto circuló unos metros en la moto, cayó gravemente herido y murió una hora después, también atravesado por un proyectil que le dio a la altura de las costillas.
Según declaró el policía, una vez que cesaron los golpes él se incorporó y escuchó que el que conducía la moto le decía al agresor “tirale, matalo”, momento en que se levantó, sacó la pistola reglamentaria Bersa 9 milímetros y gritó “Policía”.
En su declaración aseguró: “Veo a los dos en la moto que estaba parada de la mitad de calle, a la misma altura en la que yo, el acompañante que es la persona que me pegó, me apunta con el arma”.
“Ante eso -agregó- y en riesgo mi vida, le tiré al que tenía el arma y luego al que manejaba”.