La periodista e investigadora analizó en la 99.9 la manera en la que se abordó el COVID-19 y señaló que es un error plantearlo en términos bélicos.
En medio de la pandemia, la forma de expresarse de los gobernantes tiene relevancia. La periodista e investigadora Adriana Amado advirtió en la 99.9 acerca del lenguaje bélico que ha utilizado Alberto Fernández.
“El miedo es un instrumento de manejo de la población muy conocido, pero no deja de ser usado por eso. La sobreinformación opera sobre esto porque la gente refuerza sus suspicacias ante las contradicciones”, dijo primeramente.
Tener como organismo eje de la discusión a la Organización Mundial de la Salud (OMS), también es un hecho al menos extraño porque no estaba atravesando una situación creíble: “organismos como la OMS de pronto cobran un rol de autoridad por el sólo hecho de que uno tiene miedo. El refuerzo de ese miedo con metáforas de epopeya, les permite a los gobiernos tomar medidas que incluso no tienen coherencia entre sí”.
Otros factores incluidos en la discusión por Amado, terminan desatando un combo peligroso: “nos toma también en un momento de crisis de confiabilidad con la política. El desconocimiento en el comportamiento del virus también aporta a esa tormenta perfecta”.
El manejo de los números, tanto de afectados como de fallecidos o de efectos del encierro, han sido muy críticadas y resultan poco confiables: “las cifras que dan los países sobre el efecto de las medidas de aislamiento, no son confiables. Es la primera vez que la cuarentena es para los sanos, porque en otras pandemias, era para los enfermos. El estado gasta recursos en cuarentenas que se hubieran solucionado con un test, además de la medida de dejar una inmensa cantidad de personas en el exterior, porque la única medida es el aislamiento”.
Para Amado, el gran cambio que hubo con la aparición del COVID-19, no tiene que ver con un virus distinto, sino con las decisiones del estado: “se creó una fobia alrededor de un virus que ya circulaba, es la misma base de gripes anteriores. Esto puso al desnudo la falta de infraestructura sanitaria y económica”.
Por último, señaló que aporta a toda esta confusión, abordar el tema como si se tratara de una guerra que no es tal: “el uso de términos bélicos, no sólo nos plantea ante un enemigo, sino que tiene como conclusión el triunfalismo”.