Anunció que el denominada “bolívar soberano” entrará en circulación a partir del 20 de agosto.
Para combatir una tasa de inflación desbocada en Venezuela , que este año podría llegar al 1.000.000%, según el FMI, el presidente Nicolás Maduro anunció ayer una reforma monetaria que contempla la eliminación de cinco ceros al bolívar.
Maduro dijo que la nueva unidad monetaria, denominada “bolívar soberano”, entrará en circulación a partir del 20 de agosto como parte de un “programa de recuperación” para enfrentar la severa crisis económica que azota al país.
Durante un discurso transmitido en cadena de radio y televisión, el presidente indicó que la nueva unidad monetaria implica la eliminación de las actuales denominaciones de 1000, 2000, 5000, 10000, 20000, 50.000 y 100.000 bolívares, que el propio Maduro puso en circulación entre 2016 y 2017 para paliar en parte el incremento exponencial de los precios.
Ahora se usará una moneda de 50 céntimos y una de 1 bolívar, además de ocho billetes distintos para cada una de las siguientes denominaciones: 2, 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 bolívares, informó.
La medida, que originalmente contemplaba la eliminación de tres ceros a partir de junio y que ya había sido postergada para el 4 de agosto por solicitud del sector bancario, forma parte de un “programa de recuperación” más amplio, indicó.
Maduro busca impulsar las actividades económicas, las cuales se han visto afectadas por la severa escasez de billetes en un escenario de hiperinflación y creciente escasez de productos básicos.
El mandatario se mostró optimista, pese a reconocer que los revolucionarios, como se denominan a sí mismo los seguidores del proyecto del ahora fallecido presidente Hugo Chávez, “hemos fallado”, en buena medida por la aplicación de “un falso modelo productivo estatista que pretende ser socialista, no lo ha sido, ni lo es”, según evidencian los resultados. Agregó que espera que la reconversión, entre otras medidas, permita “grandes cambios revolucionarios en la economía que Venezuela exige de manera extraordinaria y necesaria”.
El Fondo Monetario Internacional estimó el lunes pasado que la inflación venezolana alcanzará un millón por ciento a fines de este año, comparable a la experimentada en Alemania a principios del siglo XX y en Zimbabwe a comienzos de la década pasada.
El gobierno de Venezuela dejó de publicar periódicamente cifras oficiales en 2004. Desde hace una década tampoco autoriza a que el FMI haga la revisión anual de sus indicadores económicos, a la que están obligados todos sus países miembros.
Un modelo agotado
Maduro, que es señalado en las encuestas como el principal responsable de la crisis, atribuye los elevados precios y la escasez de productos básicos a una “guerra económica” promovida por adversarios políticos y empresarios para desestabilizar su gobierno.
Sin embargo, los críticos del mandatario sostienen que la crisis económica es en esencia producto del agotamiento de los sistemas de control de cambio y de precios, que han estado vigentes desde 2003, entre otras medidas restrictivas que han acabado por socavar las actividades productivas y comerciales del país.
Maduro, sin dar detalles, señaló además que envió a la oficialista Asamblea Constituyente un proyecto de ley para que el “bolívar soberano” sea vinculado a la moneda digital respaldada por su gobierno, llamada petro, cuyo precio se determina de acuerdo al valor de la cesta petrolera venezolana.
En marzo, el presidente estadounidense Donald Trump promulgó una orden ejecutiva en la que prohibió a los estadounidenses hacer cualquier trato financiero con el petro.
Esa y otras sanciones impuestas a Venezuela por el gobierno de Trump, en especial después de los comicios presidenciales venezolanos en los que Maduro fue reelegido por seis años más, y que en general se consideran una farsa, incluyen una prohibición a los estadounidenses de prestar dinero al gobierno de Maduro, lo que ha restringido drásticamente las fuentes de financiamiento del país.
Los comicios presidenciales del 20 de mayo estuvieron marcados por cuestionamientos locales e internacionales y el boicot de los principales partidos opositores, que alegaron falta de condiciones para garantizar una elección justa y transparente.
Maduro también anunció el envío a la Constituyente, que asumió en agosto del año pasado los poderes de la Asamblea Nacional, dominada por la oposición, un proyecto de una nueva ley de ilícitos cambiarios, que estaría centrado en la eliminación de las barreras para el intercambio comercial con divisas extranjeras. No quedó claro el alcance de ese proyecto de ley.
El gobernante también anunció la exoneración de todos los impuestos a la importación de “bienes de capital, maquinaria y materia prima”.