El abogado habló en la 99.9 sobre la propuesta de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla por parte del gobierno para integrar la Corte Suprema y explicó como empezará ahora a funcionar el mecanismo de aceptación o rechazo.
El Gobierno Nacional propuso a Ariel Lijo y Manuel García Mansilla como candidatos a integrar la Corte Suprema y comenzaron a aparecer las críticas respecto de esta elección de nombres por parte de Javier Milei y compañía.
El abogado Alejandro Fargosi, explicó a través de la 99.9 que se trata de un proceso y que además, es un organismo con un fuerte poder de decisión: “la Corte es más importante que el Poder Legislativo por dos razones. Es el único de los organismos de la Constitución que puede decir que otro está haciendo una cosa mal y se lo prohíbe. Además, no duran 4 u 8 años, sino hasta los 75 años. Una persona de 50 años tiene por delante 25 años de poder porque para removerlo se necesitan las dos terceras partes del Senado”.
También advirtió que a partir de la proposición de estos nombres, empieza otra instancia que corresponde a investigar como se han desempeñado en sus carreras para evaluar si deben o no integrar la Corte: “es un tema que no se debe evaluar sólo políticamente, sino también desde lo jurídico. Ahora empieza la cuestión porque cuando el presidente propone a alguien, empieza la investigación sobre los candidatos. Cuando lo empiece a trabajar el Senado, se investiga quienes son, que hicieron y que dejaron de hacer. Prácticamente no conocemos a García Mansilla demasiado y a Lijo lo conocemos por su actividad judicial. Será cuestión de investigar porque tuvo denuncias en el Consejo de la Magistratura que fueron desestimadas. Tendríamos que llegar a un final civilizado, se acepta o se rechaza”.
Para Fargosi, como sociedad se debería entender el poder que tiene la Corte para diversos temas y por eso, elegir quienes serán los representantes que la integren es de suma importancia: “es un organismo demasiado importante que no se le ha dado la importancia que tiene. La gran diferencia entre Estados Unidos y Argentina, es la Corte donde no se escapan a tomar decisiones de carácter político. Acá la Corte tienen timidez jurisdiccional, les gusta que la política resuelva lo suyo”.