El director del Instituto Nacional de Previsión Sísmica (INPRES) habló en la 99.9 sobre la instalación de una red sísmica en Vaca Muerta para analizar si los movimientos en esa zona son fruto del fracking o normales de la zona. Además, señaló que no hay zonas libres de sismos en la Argentina.
Más allá de lo que habitualmente se piensa, Argentina tiene distintas zonas con factibilidad sísmica como la provincia de Buenos Aires. En Vaca Muerta, han aparecido algunos movimientos que llevan a pensar que podría ser fruto de la búsqueda de hidrocarburos y gas en la zona.
Para ello se instalará una red sísmica que coordinará y trabajará el Instituto Nacional de Previsión Sísmica (INPRES), cuyo presidente Alejandro Giuliano, habló en la 99.9: “el movimiento sísmico no se atribuye al fracking y la red está hecha para constatar de que se trata esos movimiento. La red sismológica nacional es la más importante, en este caso se trata de una red local”, aclaró en principio.
Los propios neuquinos, según el ingeniero, no se tienen noción de las posibilidades de sismo en la zona: “la población de Neuquén no tiene conciencia de que vive en un área sísmica nacional que ha temblado desde antes del fracking. La Argentina está dividida en cinco zonas sísmicas de la 0 a la 4 y Neuquén ocupa la zona 2 del oeste cordillerano y en el este que está la 1 donde se ubica Vaca Muerta. No es una zona asísmica como se cree y tampoco el este argentino”.
En cuanto a lo sucedido, por ejemplo, en provincia de Buenos Aires, también remarcó que es una zona que no está ajena a este tipo de movimientos: “hemos tenido sismos en la provincia de Buenos Aires y hace un tiempo en el Conurbano, en Capital Federal. En 1888 hubo un fuerte sismo en el Río de la Plata. Todas las obras de infraestructura como puentes, diques y centrales nucleares se hacen con previsiones sísmicas. En el mundo no hay zona asísmica donde se descarte que esto pueda suceder”.
Todavía no hay obra en marcha, pero la red podría estar instalada a finales del presente año o en el inicio del 2020: “hemos puesto dos sismógrafos pero la red no está instalada, tardará unos seis meses en estar en funcionamiento porque se deben comprar aún equipos. Necesitamos monitorear al menos un año para saber si aumenta o se mantiene la sismicidad en la zona”, concluyó.