La fiscalía federal alemana abrió una investigación contra siete ultraderechistas, seis de los cuales fueron detenidos este lunes.
Los incidentes de Chemnitz, que este verano se volvió símbolo del auge de la xenofobia en el este de Alemania, han dado alas a la creación de un grupo terrorista de ultraderecha. La fiscalía federal alemana abrió una investigación contra siete ultraderechistas, seis de los cuales fueron detenidos este lunes, por creación de la organización terrorista pocos días después de los disturbios que se dieron en la ciudad oriental alemana a finales de agosto.
Los siete hombres de entre 20 y 30 años, según la fiscalía, provienen de la ciudad de Chemnitz (este de Alemania) y sus cercanías.
En el operativo en que se produjeron las detenciones participaron las policías regionales de Baviera y Sajonia, donde se encuentra Chemnitz, y se hicieron redadas en los dos estados federados en las que participaron cerca de 100 agentes.
El presunto jefe del grupo, un hombre de 31 años identificado como Christian K., ya había sido detenido el 14 de septiembre. Los otros detenidos son Sten E., Martin H., Marcel W., Sven W., Hardy Christopher W. y Tom W.
A finales del pasado agosto se produjeron en Chemnitz una serie de incidentes xenófobos tras la muerte de un joven alemán de origen cubano probablemente a manos de peticionarios de asilo. No es claro si los detenidos participaron en esos incidentes pero la fiscalía lo considera probable.
Los siete hombres, que se autodenominaban “Revolución Chemnitz” y su plan era perpetrar ataques y atentados contra extranjeros y personas que consideraban de izquierdas. Los sospechosos habían empezado a buscar fórmulas para obtener armas de fuego.
El grupo “Revolución Chemnitz” se creó a más tardar, según la fiscalía, el 11 de septiembre. Cinco de los sospechosos participaron en ataques a extranjeros en Chemnitz el 14 de septiembre lo que se considera que pudo haber sido sólo un ensayo para una acción más radical que debía tener lugar el día de la unidad alemana, que se celebra el 3 de octubre.
El fiscal federal, Peter Frank, había anunciado al llegar al cargo en 2016 que tendría una línea dura ante la ultraderecha. Ya tras los incidentes de Chemnitz se habían abierto investigaciones previas.